Por ahora, ningún grupo se ha atribuido la autoría del ataque, aunque tanto los talibanes como una filial local de Dáesh han perpetrado ataques contra religiosos afines al Gobierno en el pasado.
Los militantes de ambos grupos quieren derrocar al Ejecutivo respaldado por Estados Unidos e imponer la Sharia en el país. Sus divergencias sobre el liderato y el rigor que debería tener la ley islámica les ha llevado a enfrentarse en numerosas ocasiones.