Las piezas de fruta eran vaciadas y rellenadas con un cilindro compacto de cocaína recubierto con un baño de cera o parafina amarillenta para aislar los olores químicos de la droga y evitar su detección, ha explicado la Policía en un comunicado.
Los agentes tuvieron que abrir cada piña del cargamento hasta localizar aquellas que contenían el estupefaciente, entre 800 y 1.000 gramos de cocaína por pieza.
La investigación, por la que se han detenido a tres personas en Madrid y cuatro en Barcelona por presunta relación con el narcotráfico, comenzó tras cotejar información recopilada en otras operaciones contra el narcotráfico con este mismo "modus operandi".
Los agentes constataron la existencia de una empresa de importación de fruta que, supuestamente, se encargaría de importar la sustancia estupefaciente desde Latinoamérica.
Tras varias gestiones alrededor de los titulares de esa empresa, los policías detectaron que realizaban transacciones económicas utilizando otras empresas de frutas, cuyos titulares eran personas de confianza, que se encargaban de la importación de las piñas.
Así, se supo de la llegada de un contenedor de fruta a nombre de una de las empresas investigadas.
El cargamento procedía de Costa Rica y llegó al puerto de Setúbal (Portugal) para su traslado por carretera hasta MercaMadrid, donde los agentes localizaron el camión cuando descargaba la mercancía en uno de los muelles y procedieron al registro.