Los obispos fueron atacados por una turba -como explicó Báez en una tuit- cuando se dirigían a la basílica de San Sebastián a socorrer a un grupo de enfermeros y misioneros franciscanos sitiados por encapuchados y policías armados.
Poco después de este suceso, paramilitares han profanado una iglesia en la ciudad de Jinotepe y agredido a dos sacerdotes.
"La tarde de hoy, fuerzas paramilitares profanaron el templo y agredieron a los sacerdotes Jalder Hernández y Eliseo Hernández, en la parroquia Santiago en Jinotepe. ¡El Señor tenga piedad de los necios e insensatos!", denunció la Conferencia Episcopal en sus redes sociales.
Ambos ataques han provocado consternación en Nicaragua y frenado en seco una vez más el diálogo nacional. La Conferencia Episcopal, que actúa como mediadora y testigo de las negociaciones, ha suspendido las meses de trabajo creadas para tratar de superar esta crisis, la peor desde los años 80. Violencia y represión ya han dejado en el país al menos 320 muertos y abierto una herida que parece ahondarse cada día.