Incluso el presidente estadounidense, Donald Trump, que durante meses mantuvo una agria disputa dialéctica con Kim Jong-un en la que se vertieron todo tipo de amenazas, se ha mostrado inusualmente prudente:
"Cuando empecé, la gente decía que era imposible, decían que solo había dos alternativas: dejarles tener lo que tienen o ir a la guerra... y ahora tenemos una alternativa mucho mejor de lo que nadie pensó que era posible", ha dicho el mandatario.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, no esconde su desconfianza. Las palabras solas no bastan:
"Espero que Corea del Norte emprenda acciones concretas después de la cumbre intercoreana y de la cumbre con Estados Unidos en las próximas semanas. Que Japón, Estados Unidos y Corea del Sur trabajen juntos para resolver el problema nuclear y de los misiles y la cuestión de los secuestrados llevados al Norte", ha dicho Abe.
Moscú acoge con satisfacción cualquier medida que alivie las tensiones en la península:
"La reunión ha confirmado que ambas partes quieren intensificar el proceso político y diplomático para resolver los problemas de la Península de Corea, incluido el nuclear. Continuaremos, en coordinación con los países involucrados, esforzándonos en este sentido siguiendo la hoja de ruta ruso-china para la solución coreana".
La OTAN respira aliviada y celebra el camino emprendido en Panmunjom:
"La OTAN apoya totalmente una solución política a las tensiones en la región. En una reciente visita a Corea del Sur y a la zona desmilitarizada puede darme cuenta de cuán profundas son esas tensiones", afirmaba el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg.
El ministro de Exteriores del Reino Unido, Boris Johnson, ha insistido en que lo más duro está por llegar: ahora Corea del Norte debe cumplir sus compromisos y adoptar medidas concretas para desnuclearizarse.
(Fuente: euronews)