"Oí una fuerte explosión en la zona y justo después vi a muchas personas salir corriendo", decía un ciudadano que se encontraba en la zona.
La capital afgana se encontraba en alerta ante la amenaza de nuevos atentados terroristas y había reforzado la seguridad. Al parecer, los controles impidieron que el atacante entrara en el templo.
El santuario se encuentra cerca de la principal universidad de la ciudad y según las autoridades la mayoría de las víctimas son jóvenes que pasaban por ahí o celebraban esta festividad, que para los fundamentalistas musulmanes es anti islámica.