El inesperado acercamiento entre los presidentes de Corea del Norte y de Estados Unidos levanta muchas suspicacias sobre cuáles son las verdaderas intenciones de Kim Jong-un. Desde la Casa Blanca, no se descarta que el anunciado encuentro bilateral entre ambos mandatarios quede en agua de borrajas:
"Seamos claros. Estados Unidos ha hecho cero concesiones, pero Corea del Norte ha hecho algunas promesas. Esa reunión no tendrá lugar sin acciones concretas que coincidan con las promesas hechas por Corea del Norte", explicaba en rueda de prensa la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
Los expertos coinciden en que la presión de las sanciones internacionales, a las que se sumó por vez primera con seriedad el Gobierno chino, están detrás del cambio de actitud del líder norcoreano. Desde Europa, la canciller alemana, Angela Merkel, se muestra optimista:
"Con respecto a Corea del Norte y del Sur y la posible reunión con el presidente de los Estados Unidos de América, se puede ver que una posición internacional cohesiva, incluidas las sanciones, puede conducir a atisbos de esperanza. Lo llamaría un rayo de esperanza".
El encuentro entre Trump y Kim Jong-un podría producirse en mayo. Hasta entonces, Pyongyang deberá demostrar con algo más que palabras que mantiene viva la llama de la paz olímpica que se respira desde hace semanas en la península coreana.
(Fuente: euronews)