El estado de emergencia afecta específicamente al condado de Westchester, a Long Island y a todos los cinco condados de la Gran Manzana, donde se pronostica que caerán hasta 10 pulgadas de nieve.

El mandatario fue muy claro al insistir que los fuertes vientos, de hasta 60 millas por horas, están creando condiciones peligrosas, e insistió que aquellos que no atiendan el llamado de permanecer adentro estarán poniendo en riesgo no sólo su propia seguridad, sino la de otras personas incluyendo a los socorristas que deben trabajar en estas condiciones extremas.

“A menos que sea extremadamente necesario estar afuera en las calles, no deben hacerlo”, dijo el gobernador durante una rueda de prensa para actualizar sobre la situación del “ciclón bomba” invernal que azota a Nueva York.

Junto al presidente de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA), Joe Lhota, Cuomo advirtió que lo peor será para los miles de neoyorquinos que tendrán que volver a sus hogares en las ‘horas pico’ de la tarde, ya que varios servicios de transporte público están sufriendo por la tormenta.

El gobernador dijo, sin embargo, que hasta ahora no había planes para cancelar en su totalidad el servicio del Subway o de los trenes de los suburbios como el Long Island Rail Road o el Metro-North.