Todas las mañanas, muy a las 6:00, Belkis Polanco sale de su casa en El Broxn, se sube a su taxi Toyota y se encomienda a todos los santos para que la ayuden a tener un día de trabajo con “muchos chelitos” (dinero) y que no le pase nada malo. La madre dominicana, quien es cabeza de hogar, confiesa que aunque la inseguridad en la Gran Manzana ha disminuido mucho en los últimos años, todavía las conductoras siguen siendo muy vulnerables, por lo que han decidido organizarse para protegerse las unas a las otras.
“Uno se expone diariamente a cualquier circunstancia, porque el que anda en la calle corre riesgos, porque también andan muchos malhechores por ahí sueltos y ven que uno es mujer y se quieren aprovechar”, comenta la taxista, quien junto a varias compañeras de las bases de taxi del Alto Manhattan y El Bronx con las que trabaja, recurren a planes que se han vuelto rutinarios y vitales para diezmar los riesgos.
“Directamente nosotras nos protegemos entre sí. No solo por medio de la base, sino que además uno, si ve cosas raras o sospechosas, nos hacemos llamadas o mandamos mensajes: ‘Asaltaron allí’, ‘esta zona es mala’, ‘no te metas por ahí’, ‘cuídate por ahí’”, comenta Belkis, al tiempo que agrega que su protección va más allá de los maleantes.
“Nos ayudamos pa’ lo que sea. Nos ayudamos en urgencias más simples también como cuando una dice, ‘mira que se me trancó una puerta, ‘oye, que necesito un booster’. Ahí nos vamos al rescate entre nosotras”, dice la madre divorciada. “Hasta nos rescatamos de TLC (Agencia de Taxis y Limusinas que controla la industria) cuando están por ahí, porque esa gente tienen a uno presionado. Esos dan más miedo. porque con cualquier cosita le ponen a uno tickets carísimos de $250 pa’rriba. Entonces uno se une y lucha juntas pa que no nos pase nada malo”.
Mujeres taxistas en la Ciudad de Nueva York.
La dominicana Hilaria Peña, quien hace cinco años dejó su trabajo como peluquera profesional para ganarse la vida detrás del volante, también destaca que las nuevas tecnologías han sido fundamentales en sus planes de protección.
“Ahora hay cámara para el pasajero, cámara para el frente, y cámaras para todos. Además tenemos una aplicación 911, que está la policía, ambulancias y bomberos, y por ahí nos rastrean a nosotras y eso nos hace sentir más protegidas que antes, pero primero Dios”, dice la conductora, quien insiste en que el contacto directo entre ellas es el arma de protección principal. “Nosotras tenemos contacto entre todas. Yo a veces he montado personas que no me siento segura y siempre tengo a alguien a quien llamo y le digo ‘ey, no cierres’. No hablamos ni nada, pero le mando la información de donde estoy y a donde voy y ya sabe que no me estoy sintiendo segura y así se va rastreándome hasta que yo llegue al sitio y le diga que ya estoy bien”, agrega la taxista en su Camry, mientras su compañera Belkis comparte una de las historias que ha vivido en carne propia.
“Yo lo que más trabajo es con vouchers, pero una tarde yo le cogí pena a un muchacho con un niño que me dijo ‘llévame a El Bronx’ y me puso a andar como dos horas y luego me hizo el allante (amago) de que estaba buscando dinero en la mochila y se desgaritó y se fue. No opuse resistencia pero tuve que dejarlo ir, porque es mejor perder dinero y no perder su vida”, comentó, agregando que el trabajo diario al volante les da una “maestría en sicología” rápida.
“Ya con toda la experiencia que uno tiene uno ya más o menos sabe qué pasajero puede montar con solo verles el rostro, y eso me ayudó una noche que estaba en El Bronx y vi como tres tipos en un sitio desierto. Aunque era una llamada de la base, cuando vi el ambiente, llamé a una colega para que estuviera pendiente, paré y luego me fui porque mi sexto sentido me dijo que eso no andaba bien y dije ‘aquí yo me fui’ y los dejé parados ahí”, comenta la conductora entre risas, destacando que se salvó de una.
Según TLC, actualmente en Nueva York hay 176,791 taxistas registrados con permiso para ejercer ese trabajo, y de ellos tan solo 8,409, es decir, el 4.7%, son mujeres, en gran medida hispanas y cabezas de hogar.
María Jiménez, quien lleva 15 años viviendo de los taxis, es otra de ellas y reconoce que la red informal que han ido creando entre muchas de las mujeres que trabajan en la industria, ha espantado a muchos delincuentes.
Taxista dominicana Hilaria Peña en su carro.
“Hemos oído historias de mujeres taxistas a las que las han violado. Ay Dios libre a uno! Antes era a diario que asaltaban y herían, pero hace mucho no pasan, gracias a los GPS, las cámaras y estas cosas que uno ya nada más le poncha al distpacher o avisa a una compañera y nos rastrean. Creo que ya han cogido miedo, aunque lo más común es que se vayan muchos sin pagarnos la carrera”, comenta la también dominicana.
Cira Ángeles, vocera de la Asociciación de Bases de Taxis de Nueva York, destacó que aunque la representatividad de la mujer en los taxis sigue siendo mínima, han dado una lección al ganarse más espacio y mantenerse más seguras.
“Antes la inseguridad era uno de los puntos más preocupantes, pero ahora con las cámaras y dispositivos tecnológicos ha mermado, aunque no significa que nuestras calles son 100 por ciento seguras pero ha cambiado el panorama”, comentó la activista, agregando que otro factor a destacar es que las comunidades han aprendido a respetar más a las mujeres al volante.
“Los casos que seguimos viendo más son asaltos a la propiedad de taxistas, robo de celulares, dinero y en la noche, el hecho de que muchas personas se les montan y no les pagan, pues al ver que es una mujer, estiman que es más vulnerable que un hombre y ultrajan su dignidad”, dijo Ángeles, quien destacó que la comunicación es un guante contra la inseguridad.
“La comunicación ha sido clave para detener la proliferación de asaltos múltiples en una industria donde muchas mujeres son vistas como presas fáciles y el hecho de que haya estas redes de organización es de vital importancia para evitar que se den delitos, incluso con redes que crean entre ellas en whatsapp”, dijo la vocera de las Bases de Taxis, destacando que aunque promueven seminarios de protección para que las conductoras puedan cuidarse más la policía debería estar más activa. “La educación es clave, las taxistas están ahora más alertas, pero las autoridades pueden hacer más. Siempre se puede hacer más”.
Datos de mujeres taxistas
176,791 es el número de taxistas registrados por TLC de ambos géneros
8,409 taxistas son mujeres
4.7% de los conductores de taxi en NY son mujeres
95.3% de los taxistas son hombres
50% de los taxistas son dominicanos
Mayoría de las taxistas son dominicanas
400,000 personas diariamente se mueven en taxis en NY
(Fuente: El Diario)