El encuentro ocurrió el 9 de marzo, alrededor de la 1:00 a.m. en un Motel Super 8 en Moore, Oklahoma. La grabación muestra a la policía llamando a la puerta de una habitación ocupada por Shortey, un republicano, y un joven menor de edad.
Según la policía, fueron a la habitación después de recibir una llamada de control de bienestar que les hizo el padre del adolescente.
“Es el Departamento de Policía de Moore, hombre. Solo necesitamos verificar que todo está bien. No vamos a irnos“, se escucha a los oficiales decir al tiempo que golpean la puerta 120, en una esquina del motel, frente al estacionamiento de autos.
El menor salió a hablar con la policía, aunque estas imágenes se editaron para proteger su privacidad, y unos minutos más tarde se escuchó a los oficiales hablar con alguien que estaba dentro y decirle a la persona que se apresurara y se vistiera.
Luego se ve aparcer a Shortey detrás de la puerta, una situación sospechosa que aparentemente obligó al oficial a encañonarlo.
“Ahora, me estás preocupando, sal con las manos en alto“, se escucha ordenarle.
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Respira profundo
Kean empieza por pedirte que por un momento le prestes mucha atención al aire que se escapa de tu cuerpo… ¿cuánto sabes de él?
Pon tu mano frente a tus labios y siente como el gas que escapa por ella se transformó dentro de ti, tornándose más húmedo y más caliente.
Ahora, imagínate que puedes sentir las moléculas con las puntas de tus dedos… ¿cuántas hay y a dónde van?
Varias, no muy lejos, dice. Apenas inhales de nuevo, vuelven a entrar a tus pulmones.
Otras se alejan más y tratan de conseguir su libertad yéndose a la habitación de al lado, sólo para terminar en los pulmones de quien esté allá.
Pero la mayoría sencillamente se unen a las masas anónimas de la atmósfera y se van a cualquier lugar del mundo.
Quizás regresen, años después, tras haber sido respiradas por extraños en Tombuctú, como fantasmas de lo que solías ser.
De vuelta en el Senado romano
¿Qué pasó con el último aliento de Julio César? Obviamente desapareció.
Murió hace tanto tiempo que poco queda del edificio en el que lo traicionaron, nada de su cuerpo que fue incinerado, ni siquiera las dagas de hierro deben haber sobrevivido. Entonces, ¿cómo podría algo tan efímero como un respiro perdurar?
De ninguna manera, si lo tratamos como una sola masa. Pero esa masa de aire está formada por unas discretas moléculas, y a ese nivel, no ha desaparecido.
A pesar de que el aire nos parece “suave”, la mayoría de sus moléculas son muy robustas: los lazos que unen sus átomos son unos de los más fuertes que hay en la naturaleza.
Ahora le toca a él
A Kean también le pedimos que inhalara y exhalara, y que nos contara qué había pasado en ese momento.
“¡Muchas cosas! El aire que entró en gran parte está hecho de gases de los que todos hemos oído hablar -oxígeno y nitrógeno- pero lo que realmente es fascinante es que hay cientos, quizás miles de otras cosas que acabo de inhalar”.
“De algunas es más fácil estar consciente: si estás cocinando algo, inhalas el aroma. Pero hay otros gases de los que probablemente no nos damos cuenta: un poco de ozono, anestesia, refrigerante… una cantidad de componentes que están en la atmósfera”.
Kean se propuso hacer visibles esos gases invisibles.
Para ello, buscó historias sobre cada uno de ellos.
El diclorodifluorometano, por ejemplo, lo llevó al refrigerador de Einstein “que no es algo que asociamos con Albert Einstein pero él estaba muy interesado en aparatos. Es divertido pensar en él ingeniando en algo tan mundano”.
Esa historia lo sorprendió, pero hay otra que le contaría a sus sobrinos, “pues tiene explosiones de volcanes”.
Harry Truman, no el presidente de EEUU sino un excéntrico que se fue a vivir en la ladera del Monte Santa Helena, desestimó las alertas de los vulcanólogos y se rehusó a abandonar su cabaña que quedaba peligrosamente cerca del volcán más violento de la historia moderna de EEUU antes de que hiciera erupción en mayo de 1980.
Siendo químico, Kean sabe a qué temperatura se vaporizan el agua, las vísceras y los huesos de nuestros cuerpos, así que reconstruye el fin de Truman teniendo en cuenta que lo alcanzó una enorme e intensamente caliente nube negra de 330 metros de altura y 16 kilómetros de ancho, que bajó la montaña a 560 kilómetros por hora.
“Truman se sublimó en el sentido científico: se transformó de sólido a vapor casi instantáneamente. Y con un siseo final, se alzó en el aire”.
La historia de Truman le sirve a Kean para hablar del dióxido de azufre y el ácido sulfhídrico, pues cada vez que respiras inhalas 120,000 millones moléculas del primero y 60,000 millones del segundo.
En el cielo y en el infierno
Explorando la composición del aire, Kean terminó calculando la temperatura del cielo y el infierno.
Según el Apocalipsis de San Juan 21:8, el infierno tiene un lago de fuego y azufre. El azufre sólo se mantiene líquido hasta unos 444ºC.
La Biblia también dice (Isaias 30:26): “Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días”.
En otras palabras, explica Kean, el cielo tiene el equivalente a 50 soles. Como la temperatura de un planeta se eleva rápidamente con el aumento de luz -a la cuarta potencia de la luz solar-, según esa información la temperatura del cielo es de casi 538ºC… ¡más caliente que el infierno!
Pero esa fue una desviación: la intención es que estemos conscientes del aire que nos rodea y que entra en nuestros cuerpos constantemente.
“Hay millones, billones, septillones de historias danzando a nuestro alrededor, entrando y saliendo de tus pulmones cada segundo. Puedes capturar toda la historia del mundo en un respiro”, escribe el científico.
“Nos olvidamos del aire, ni siquiera pensamos en él, pero es lo más necesario de la vida: se puede vivir 21 días sin comida, una semana sin agua. Sin aire, no aguantas más que minutos”.
Para sorpresa de muchos, sobre todo en las circunstancias en las que fue pillado con un menor de edad varón, el senador apareció una camiseta en la que estababa escrito Efesios 5:22, que se refiere al pasaje (Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor), la imagen de un sándwich y el letrero: Ahora ve y prepárame un sándwich.
A la luz de la bizarra situación, este mensaje bíblico no solo sueña totalmente fuera de lugar, sino también misógeno e hipócrita.
Según conversaciones previas publicadas por KSWO7 News, la policía se personó en el lugar ya que el padre del adolescente estaba preocupado porque su hijo estuviera prostituyéndose o involucrado en tráfico de drogas y estupefacientes.
Según la versión de los oficiales la habitación olia a marihuana y luego descubrieron una pequeña cantidad, junto con condones y lubricantes en una mochila que pertenecía a Shortey, informó FOX25 News.
Los oficiales le comunicaron a Shortey que estaba con un chico menor de edad y el ex senador estatal les repostó: “¿Puedes mostrarme que solo tiene 17 años?”
“No, no puedo”, respondió un de los oficial. “Pero puedo convencerte de que lo es. Puedo ponerte esposas y tirarte en la parte trasera del auto“.
Luego Shortey les dijo que estaba conversando con el chico sobre la vida, y se ve como en un momento intenta insinuarles que se estaban metiendo en una situación complicada.
El resporte de policía indica que durante el registro de la computadora del adolescente se descubrió una serie de intercambios sexualmente explícitos en los que Shortey se refería a él como “bebé” y le ofreció dinero en efectivo a cambio de “cosas sexuales”.
Shorthey, un hombre casado con cuatro hijos, renunció a su cargo público en marzo después de haber sido formalmente acusado por los cargos del Estado de participar en la prostitución infantil y transportar a un menor para la prostitución.
El jueves pasado, Shortey se declaró culpable de los cargos a cambio de que los fiscales federales retiraran tres cargos de pornografía infantil contra él. Ahora enfrenta entre 10 años y cadena perpetua en prisión y una multa de hasta $ 250,000 por tráfico sexual de menores. El juez no estableció una fecha de sentencia.