La renuncia de Mugabe marca el final de una era en Zimbabwe, pues gobernó el país con mano dura durante casi cuatro décadas y es el único líder que la nación ha tenido desde que se independizó de Reino Unido en 1980.La decisión del presidente llega después de días de tensión política después de una operación del Ejército el pasado miércoles.
Los líderes militares de Zimbabwe tomaron el control de la empobrecida nación del sur de África, poniendo al líder Robert Mugabe bajo arresto domiciliario y desplegando vehículos blindados en las calles de la capital, Harare.
Mugabe hizo varias apariciones públicas tras ese momento, pero no renunció, a pesar de que los líderes militares afirmaron que su dimisión era un hecho.
La acción militar, que según los líderes no se trataba de un golpe de Estado, ocurrió después de semanas de agitación política, en la que Mugabe despidió a su poderoso vicepresidente Emmerson Mnangagwa, quien disfrutó de un amplio apoyo en el Ejército y podría convertirse en el próximo líder. El movimiento alimentó las especulaciones de que Mugabe trataría hacer que su esposa, Grace, lo sucediera.
El ZANU-PF anunció que el ex vicepresidente, Emmerson Mnangagwa, será su nuevo líder. Mnangagwa fue despedido por Mugabe el 6 de noviembre, desencadenando la crisis política.