Devin Kelley había sido condenado hace unos años a 12 meses de cárcel por violencia doméstica y expulsado de la Fuerza Aérea por mala conducta.
Kelley debería haber sido incluido en un registro del FBI que le hubiese impedido adquirir armas y equipamiento militar legalmente.
“Sé que hay muchos interrogantes sobre el sistema de información criminal y sobre cómo ese hombre pudo comprar las armas. Puedo confirmarles que en cada una de las cuatro adquisiciones que realizó, el sistema fue consultado y no había ningún dato que indicase que ese hombre no podía comprar armas”, explica Christopher H. Combs, agente del FBI.
Devin Kelley mató este domingo a 26 personas e hirió a otras 20 en una iglesia baptista de Sutherland Springs, una pequeña comunidad rural del centro de Texas. Después se suicidó de un disparo en la cabeza.