Según los últimos datos, 35 personas han muerto y hay más de trescientos desaparecidos. Las autoridades temen que aumente la lista de víctimas mortales cuando se explore en profundidad el terreno arrasado por las llamas.
El viento, que había dado un respiro a los bomberos en las últimas horas, volverá a soplar con fuerza el fin de semana, dificultando la extinción de los 15 focos que permanecen activos.