“Mucha gente en Puerto Rico está tratando de mantenerse vivos a causa de la inacción de las autoridades locales y del Gobierno federal”, dijo el grupo Resistencia Boricua de Chicago, en el que hicieron un “llamado de emergencia” a favor de la isla.
La semana pasada, el huracán María impactó con categoría 4 en Puerto Rico, donde se contabilizan de manera oficial 16 víctimas mortales y cuya población sufre la falta de electricidad y agua potable, así como carreteras y casas destruidas.
Miguel Avelo, del grupo Resistencia Boricua de Chicago, señaló que es necesaria la distribución de comida y gasolina que se mantiene en el puerto de San Juan, la capital.
Los manifestantes exigieron también que la ley conocida como “Jones Act”, que determina que solo los barcos estadounidenses con tripulación de Estados Unidos pueden transportar productos entre los puertos marítimos del país, sea cancelada de manera permanente.
Trump, que visitará la isla el próximo martes, 3 de octubre, cedió este jueves a las presiones y accedió a la suspensión temporal de esta medida, y de esta manera autorizó a barcos extranjeros a llevar suministros a Puerto Rico para favorecer su abastecimiento.
“La indiferencia de esta Administración al sufrimiento de los puertorriqueños es nada menos que racista, es una violación y negación de los derechos humanos más básicos”, manifestó Avelo.
La Casa Blanca ha enfrentado críticas en los últimos días tanto por víctimas como por legisladores, que acusan a Trump de no haber dado la suficiente importancia a la situación en la isla.
El Comando Norte de las Fuerzas Armadas de EEUU realiza en Puerto Rico operaciones de búsqueda y rescate, suministro y, además, se encuentra trabajando para restablecer la energía en hospitales, puertos, aeropuertos y en otras infraestructuras consideras críticas.