A Hamlet Peralta, expropietario del reconocido restaurante “Hudson River Café”, ubicado en el vecindario de Harlem, también se le atribuye vínculos con un grupo de policías corruptos que se reunían en su negocio para coordinar operaciones de soborno y otros delitos.
Los fiscales dijeron que con el dinero robado a los inversionistas de una empresa que nunca existió Peralta se costeó una vida de lujos, comodidades, caros viajes y extravagancias.
César de Castro, abogado de Peralta, quiso echarle la culpa al inversionista judío Jona Rechnitz de los delitos que llevaron al dominicano a la cárcel y pidió a la jueza federal Katherine Forrest que tuviera clemencia, pero la magistrada no le complació y dijo que “su defendido es el único responsable de sus actos”.