Una dura advertencia del Gobierno israelí que Damasco interpreta como una muestra del apoyo de Tel Aviv “a los terroristas” con “repercusiones peligrosas” para la seguridad en la región.
El ataque llega horas después de que Naciones Unidas confirmara el uso de gas sarín, por parte de la Fuerza Aérea Siria, en el bombardeo de Jan Seijún en abril.
Murieron al menos 83 personas, entre ellas varios niños.