Entre los oficiales figura el dominicano Armando Moronta, además de Eugenio Pérez y Carlos Richard Martínez, estos dos boricuas.
El caso generó la intervención del Consulado General en Nueva York que defendió los derechos legales de las víctimas y pagó la fianza de una de ellas. Las tres criollas fueron liberadas, confirmó el vicecónsul Tamayo Tejada, encargado de asuntos migratorios.
Tejada, fue personal a inmigración para que le entregaran las víctimas.
“Tenemos que reservarnos los nombres de las mujeres violadas por razones legales”, dijo el vicecónsul.
Los violadores trataron de acelerar la deportación de las reclusas para evitar ser acusados. El equipo legal del consulado proveyó orientaciones a una de ellas, para que se informara sobre los pasos y sus derechos legales.
Tamayo fue quien también pagó la fianza de $12.000 dólares, la de la segunda fue cubierta por sus familiares y la tercera fue liberada bajo su propia responsabilidad.
Las mujeres están a la espera del desenlace del juicio a los acusados para solicitar la residencia permanente como víctimas. No podrán ser repatriadas y deberán disfrutar de privilegios que se les concede a testigos de crímenes en Estados Unidos, sin importar su estatus migratorio.
Según los fiscales, Martínez, habría violado unas 30 veces a una de las reclusas y podría ser condenado a una drástica sentencia si es encontrado culpable. Ella habla un inglés roto y esperaba ser deportada cuando cumpliera la sentencia.
Los abusos fueron expuestos en los medios locales a finales de mayo, cuando los agentes acusados fueron detenidos y encausados.
Según la denuncia penal, Martínez fue responsable de realizar rondas para identificar y disuadir al personal para cometer los abusos y acosos sexuales contra las tres presas. También informó al personal sobre los protocolos e incidentes de la Ley de Eliminación de la Violación en las Prisiones (PREA).
Publicó una foto en Facebook en 2015 con la dominicana, en la que aparece posicionado por detrás y acariciándola.
La denuncia alega entonces que Martínez violó por la fuerza a una reclusa en diciembre de 2015, causándole sangrado desde en su parte íntima y haciéndole temer que pudiera estar embarazada.
El horrible incidente comenzó cuando Martínez forzó a la presa a limpiar la oficina de los tenientes, que según los testigos estaba vacía los fines de semana, mientras hacía groserías sexuales hasta que finalmente la violó, según la queja.
EL EXPEDIENTE
"En pocas palabras, el acusado usó su posición superior, su autoridad y su fuerza, para dominar y violar a la reclusa (que se identifica como Jane Doe), una prisionera de baja estatura y bajo su control y cuidado. El acusado no usó un condón cuando violó a Jane Doe, dejándola aterrorizada de que, entre otras cosas, ella quedaría embarazada”, dice la acusación.
Los fiscales alegan que Martínez, le aseguró a Jane Doe que no iba a quedar embarazada porque había sido sometido a una vasectomía, haciéndolo incapaz de preñar mujeres.
Después de violar a la dominicana, Martínez le advirtió que no se lo dijera a nadie o que recibiría tiempo adicional en prisión.
La violación continuó durante meses hasta que ella habló de los abusos a un miembro de la familia en una llamada.
El abuso se detuvo en abril de 2016, cuando la presa fue puesta en libertad y bajo la custodia de la ICE, cuando Martínez la llamó para limpiar la oficina y la violó una vez más, según la queja.
Moronta y Pérez, el segundo con rango de teniente, es acusado de agredir sexualmente a cinco presas diferentes.
Al parecer, dejó a una de las reclusas fuera del aislamiento a cambio de un servicio de limpieza adicional. Mientras ella estaba en servicio de limpieza, y obligó con otra presa a tener relaciones sexuales con él.
Moronta es acusado de ordenar comida para él y dos reclusas.
Luego los llevó a una oficina donde le indicó que practicara sexo oral mientras el otro actuaba como un vigía, y se intercambiaban la mujer.
Les advirtieron a las reclusas que no les dijeran nada a nadie o se meterían en problemas.
-MiguelC.Tejada-