Guareño, narra que estaba esperando para dar seguimiento a su tratamiento, cuando comenzó a escuchar lo tiros y vio el humo que estaba llenando los pasillos.
Para tratar de escapar de los balazos, el dominicano residente en El Bronx, comenzó a correr y luego vio al médico herido en el cuello que sangraba profusamente y se cubría la herida, al que decidió seguir para ayudarlo.
Pero cuando menos lo esperaba y sin ver ni saber dónde estaba apostado el tirador, sintió cuando la bala le dio en la parte atrás de la rodilla.
Dijo que no vio “al tipo”, pero recuerda el humo que salía del piso 16.
“Pensé que la situación era muy seria y traté de salir de allí lo más rápido posible”, relata Guareño.
Guareño no conocía al médico herido en el cuello por Bello, pero al parecer, se refiere al doctor Oluwafunmike Ojewoye que fue baleado en esa parte del cuerpo.
“Vi la sangre, que él estaba conteniendo en la herida, estaba viendo el humo, no sé si se estaba quemando toda la planta. Lo seguí y fue entonces cuando me baleó. Fue en la parte de atrás”, dijo Guareño, mostrando fatiga.
Dijo que se le torció el tobillo cuando Bello le disparó, pero siguió corriendo, y cayó por unas escaleras.
“Estaba luchando por su vida”, dijo Guareño.
“Sentí mucho dolor. Había una gran cantidad de sangre “, agregó. “Es como si tuviera una bomba de adrenalina. Yo sólo estaba tratando de salir lo más rápido que podía”, relata el dominicano.
Recuerda que logró llegar corriendo al octavo piso, donde recibió tratamiento.
Guareño alabó el personal del hospital, diciendo que los médicos y enfermeras están hacien do todo lo posible con su herida, destacando la preocupación de las norsas.
Ayer, el portavoz del hospital Bronx Lebannon, dijo en conferencia de prensa que el personal no se intimidó ni se aterrorizó por la situación y que quienes estaban en sus labores, continuaron atendiendo a los pacientes y haciendo cirugías.
La enfermera Enfermera Amy Vargas dijo que continuó asistiendo con la cirugía en el tercer piso cuando ocurrió el tiroteo.
“Tenía que estar con mi paciente y asegurarme de que se encontraba a salvo”, dijo Vargas.
Shani Gonzales, otra enfermera de 23 años, reseñó que el personal es entrenado para responder a situaciones como la ocurrida el viernes, que había un tirador.
Ella movió pacientes de sus camas y junto a sus familiares, los escondió en un baño.
El vocero del hospital, dijo que el personal “actuó heroícamente”.