Sus advertencias han sido tomadas muy en serio en el mundo: “La paciencia con Corea del Norte se acabó”, afirmó este viernes, mientras que a inicios de semana un comunicado de la Casa Blanca tampoco dejaba dudas: “Si Asad realiza otro asesinato masivo con un ataque de armas químicas, él y sus militares pagarán un alto precio”.
Un régimen “brutal”
La amenaza a Corea del Norte la hizo ante el líder de Corea del Sur, Moon Jae-in, quien visitó Washington, para ver las opciones que tienen frente a la ‘amenaza’ asiática. “La paciencia estratégica con el régimen de Corea del Norte fracasó. Ha fracasado por muchos años. Francamente, la paciencia se acabó”, dijo Trump en la Casa Blanca. Agregó que junto a Corea del Sur enfrentan “la amenaza del régimen brutal e irresponsable de Corea del Norte”, y añadió que “su programa nuclear y de misiles requiere una respuesta firme”.
La situación se tornó aún más tensa después que el gobierno de Pyongyang liberó y envió de retorno a Otto Warmbier, quien había sido detenido hace 18 meses. A Estados Unidos Warmbier llegó en coma y falleció pocos días después a causa de una infección cerebral cuya causa nunca fue esclarecida.
Antes de la cita con Moon, ya Trump había dicho que había “muchas opciones” abiertas con relación a Corea del Norte.
Respecto a Moon, hay quienes indican que está buscando apoyo en la capital norteamericana para lograr un tipo de aproximación entre Seúl y Pyongyang.
Inclusive antes de llegar a EEUU, Moon había sugerido que Seúl y Washington debían ofrecer alguna concesión a Pyongyang. Trump, en cambio, parece abandonar las esperanzas que tenía con China para que le ayude a controlar a Corea del Norte.
Este viernes, Trump evitó criticar en público la estrategia defendida por Moon, pero sugirió que no estaba dispuesto a un esfuerzo de aproximación.
“Estados Unidos hace un llamado a otras potenciales regionales y a las naciones responsables a que unan a nosotros en la implementación de sanciones”, proclamó.
“ataque químico”
En el caso de Siria, estados Unidos advirtió que habría consecuencias si Damasco lleva a cabo un ataque con armas químicas. El régimen de Trump aseguró que Bashar al Asad preparaba una ofensiva de ese tipo. Incluso indicó que se llegó a detectar “una actividad sospechosa” en la misma base aérea desde donde presuntamente se lanzó un ataque en abril, que provocó 88 muertos, entre ellos 31 niños.
Frente este anuncio, Siria no guardó silencio. Calificó de ‘ridícula’ la nueva acusación y recalcó su oposición al uso de cualquier arma de destrucción masiva, incluidas las químicas. Su aliado, Rusia, tildó “las amenazas contra el gobierno sirio” de “inaceptables”.
El “alto precio” al que se alude supone una represalia igual o mayor a la que EEUU realizó contra Siria en abril, cuando lanzó 59 misiles contra este país.
“Cualquier ataque contra la población siria será atribuido a Asad, pero también a Rusia y a Irán, que lo han ayudado a matar a su propio pueblo”, aseguró la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, lo que supone ni siquiera escuchar la defensa siria, que culpó a milicias opositoras de provocar el ataque químico.
Los juegos se han echado a rodar. El secretario británico de Defensa, Michael Fallon, adelantó que su país “apoyará” una acción militar de EEUU en caso de ataque químico sirio. El presidente francés, Emmanuel Macron, también se alineó y habla de una “respuesta común” contra Siria.
Los dos bloques están formados. Las potencias regionales y mundiales tienen posiciones encontradas.
Otro país que está en la mira es Irán
El economista ruso y experto en geopolítica Iván Danílov opina que no es Siria (por el riesgo de enfrentarse directamente con tropas rusas) ni Corea del Norte (por la amenaza de un serio incidente nuclear o una sangrienta guerra regional) los ‘candidatos ideales’, para un ataque militar. ¿En dónde puede EEUU mostrar su poderío sin correr esos riesgos?, se pregunta y responde: Irán.
Danílov comenta que los aliados más cercanos de Washington en la región, Israel y Arabia Saudí, tienen a Irán como rival principal, por lo que cualquier acción sería apoyada por ellos, dos importantes potencias regionales. El colapso de Irán los favorecería y, a la vez, ocasionaría problemas en China, pues es su importante proveedor de crudo. Ideas geopolíticas para tener en cuenta.