El pequeño, que padecía leucemia y no podía ser vacunado, fue contagiado por sus hermanos mayores que tampoco habían sido inmunizados por decisión de los padres. El pasado quince de marzo fue ingresado y un día después los médicos confirmaron el diagnóstico. La víctima comenzó entonces una terapia intensiva para el tratamiento de los pulmones.
“Pedir libertad para no vacunar a los hijos es como pedir libertad para ir por una carretera a 300 kilómetros por hora. Es peligroso no solo para uno mismo sino también para los demás”, explica Roberto Burioni, inmunólogo y alergólogo.
Según el ministerio de Salud, desde el inicio del año se han registrado 3.000 casos de sarampión y eso que, lo que algunos denominan epidemia, está en descenso. El Gobierno italiano tuvo que actuar con una ley aprobada en mayo que multa a los padres que no vacunen a los niños.
Burioni asegura que “hay que actuar contra los médicos que difunden información falsa y peligrosa, deben ser vetados, no pueden dar a los pacientes información falsa para ellos y para todos”.
La proliferación de teorías pseudicientíficas ha provocado, según expertos, un aumento de los casos de esta enfermedad que también ha hecho saltar las alarmas en Europa.