“No somos los primeros y seguro que no seremos los últimos. Nosotros no vamos a volver a hacerlo, estamos ya fuera de esas prácticas, pero sabemos que hay otras empresas que siguen haciéndolo”, afirmó el CEO de la dirección de Ingeniería y Construcción Internacional de Odebrecht, Falvio Faria.
El pago se sobornos, apuntó Faria, “forma parte de la naturaleza humana” y es una costumbre extendida en todos los sectores económicos y no solo en el mundo de las infraestructuras.
“Es una práctica común en toda la actividad económica del mundo, con más o menos grado de supervisión o fiscalización, pero que existe en todos los países y en todas las industrias”, aseguró el directivo durante un foro de la industria petroquímica celebrado en la ciudad estadounidense de Nueva Orleans.
Odebrecht, considerada la constructora más grande de Latinoamérica, está siendo investigada en varios países de la región por haber pagado sobornos para conseguir obras públicas.
El Departamento de Justicia de EE.UU. divulgó en diciembre pasado unos documentos que desvelaron que la constructora pagó cerca de 788 millones de dólares en sobornos en 12 países de Latinoamérica y África.
“Las sociedades tienen que tener los mecanismos de control y de castigo, de lo contrario no se va a arreglar nada”, lamentó el directivo, que el jueves intervino en un foro organizado por el American Chemistry Council (ACC) y auspiciado por Odebrecht.
La cita ha congregado hasta este viernes a un millar de representantes de las grandes compañías petroquímicas del mundo con negocios en Estados Unidos, entre las que se encuentran ExxonMobil, Shell, BP o Chevron.
Odebrecht ya ha alcanzado acuerdos judiciales con los Gobiernos de Estados Unidos, Brasil y Suiza para pagar multas por valor de más 2.000 millones de dólares y compensar así los actos ilícitos por los que se le investiga, y se encuentra negociando nuevos acuerdos con otros países.
“Tenemos la confianza en llegar a acuerdos con todos los países en los que tenemos problemas, incluido Perú, donde hemos sido vetados”, indicó Faria.
El ejecutivo reconoció que va a pasar “bastante” tiempo hasta que la constructora brasileña recupere la confianza que tenía antes del escándalo, pero que dijo que “la parte más fuerte de la tormenta está cerca de acabarse”.
“El 2018 va a ser un año no de grandes resultados, pero sí de mejoras y de cierta recuperación y quizá en dos o tres años podemos volver a una operación normal”, vaticinó.