“Si Le Pen gana, Europa quedará profundamente dividida. Si Macron gana, hay una oportunidad de que Francia se reconcilie y que Europa prosiga”, señaló Henrik Enderlein, profesor de Economía Política en la Hertie School of Governance de Berlín, a dos días del duelo final entre el centrista europeísta de ¡En Marcha! y la candidata de extrema derecha del Frente Nacional.
“Sí, cruzo los dedos” en favor de Emmanuel Macron, reconoció una fuente europea. Asimismo explicó que el debate del miércoles por la noche entre los dos finalistas fue “muy seguido” por las instituciones europeas, “incluso por los compañeros que no son franceses”.
“Visto desde Bruselas, Macron es, evidentemente, percibido positivamente. Tenemos la sensación de que podremos trabajar con él porque el suyo no es un proyecto de destrucción como en el caso de Marine Le Pen. No es una elección normal, en el sentido en que la extrema derecha está en la segunda vuelta”, añadió esta fuente que requirió el anonimato.
La premura con la que los dirigentes europeos felicitaron a Emmanuel Macron la noche de la primera vuelta muestra la inquietud que reina en la Unión Europea (UE) respecto al auge de movimientos populistas y eurófobos, tras el referéndum sobre el Brexit y la elección en Estados Unidos de Donald Trump.
El exministro francés Michel Barnier, que debe negociar por parte de la UE el Brexit con Londres, explicó sin rodeos que votará por Macron “para que Francia se mantenga europea”, en un vídeo difundido el jueves en Twitter.
Su jefe, el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker, abandonó su habitual discreción para, desde el mismo 23 de abril por la noche, desear a Macron “buena suerte para la siguiente”.
“Se trata simplemente de elegir entre la defensa de aquello que encarna Europa y la opción que apunta a la destrucción de Europa”, declaró su portavoz para explicar esta injerencia en las elecciones francesas.
Entusiasmo en Berlín
Le Pen piensa restablecer las fronteras y una moneda nacional y, por lo tanto, negociar con Bruselas la salida de la zona euro y del espacio Schengen. Después de estas negociaciones, quiere organizar un referéndum sobre la permanencia de Francia en la UE.
En cambio, Macron -al que los sondeos le pronostican una victoria el domingo con el 60% de los votos- quiere dotar a la zona euro de un presupuesto, un parlamento y un ministro de Financias propios, comprometerse con una “política de inversiones europeas” y reforzar la defensa de Europa.
“Nos hace falta una Europa más eficaz, que proteja, que tenga resultados, más concreta, que aburra menos a la gente en el día a día, que sea menos burocrática”, dijo Macron este viernes en una entrevista al diario francés Le Parisien.
Tras la primera vuelta, Macron recibió felicitaciones de dirigentes europeos de todas las esferas políticas, como la canciller conservadora Angela Merkel, el primer ministro griego de la izquierda radical Alexis Tsipras o el primer ministro belga liberal Charles Michel.
El candidato de ¡En Marcha! promete reanudar el motor francoalemán, lo que suscita el entusiasmo en Alemania, donde las elecciones están previstas para el mes de septiembre.
“Ser elegido en 2017 diciendo ‘quiero reforzar Europa’ va completamente a contracorriente con la atmósfera actual y esto ha impresionado a más de uno en Berlín”, donde Macron ha seducido a todos los pesos pesados de la coalición en el poder, desde el muy conservador ministro de Hacienda Wolfgang Schäuble, a los socialdemócratas Sigmar Gabriel y Frank-Walter Steinmeier, subrayó Enderlein.
“Sin embargo esto será, probablemente, un poco más complicado”, advirtió Vincenzo Scarpetta, analista del centro de reflexión Open Europe. “Reformar la UE parece muy bonito sobre el papel pero las ideas de Macron son audaces, ya que quiere un presupuesto y un ministro para la zona euro. ¿Es esto realista dado que habría que cambiar los tratados?”.
Su margen de maniobra podría, asimismo, verse limitado si, tras las elecciones legislativas francesas de junio, Macron debe nombrar un gobierno de cohabitación, manifestó Yann-Sven Rittelmeyer, investigador en el European Policy Center.
Los europeos “todavía no han medido verdaderamente los problemas que podrían derivarse de una ausencia de mayoría legislativa para Macron, llevados por la idea de ver descartado el riesgo extremista”, observó.
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