Ella le dijo a la policía que el desquiciado, con varios arrestos, se fue acercando lentamente al asiento donde estaba con la criatura y su mamá y le exigió que le entregara la bebé, porque él quería una niña.
La señora Peña, intentó enfrentarse al retardado mental para defender su cría, y tuvo que ser auxiliada por la también dominicana Barbie Montero, quien enfrentó a Martínez, logrando ahuyentarlo.
En el vagón, las mujeres atacadas por el loco Martínez, también viajaba la sobrina de Peña, Abrianny y su madre en ley María Carpio.
Ellas dijeron que Martínez, se sentó cerca de Peña de 22 años de edad y la bebé, y comenzó a preguntar por Brianny, pero luego cambió su atención indagando por la niñita de cuatro meses.
"Fue muy aterrador en ese momento," dijo la madre hablando en español con un reportero del tabloide NY Daily News.
"Agarró el bebé y dijo, quiero un bebé, no tengo un bebé", narró Peña.
Martínez entró al vagón donde ella viajaba en la estación de la avenida Alabama cuando el tren se detuvo unos minutos dijo la madre.
Entonces empezó a agarrar a Barbie, que descansaba en un asiento portátil que estaba en una silla de paseo.
"Estoy muy agradecida por mi suegra, ya que ella era la que estaba tratando de empujar al tipo. Ella estaba luchando para que no se llevara la bebé", dijo Peña.
La madre y Carpio lucharon con el retardado en el asiento y trataron de empujarlo lejos de ellas, dijo la policía, pero él no soltaba a la criatura.
“¡Déjame ir!”, gritaba Martínez en español. “¡Quiero la bebé!”
Un buen samaritano pasó por encima y sacudió a Martínez lejos de la familia, sentándolo con fuerza y custodiándolo, hasta que un policía llegó llegó y lo arrestó.
Peña dijo que nunca más volverá a viajar sola con la niña en trenes, a menos que su marido no la acompañe.
"Estoy muy agradecida de mi suegra y del hombre que nos ayudó", dijo el Peña.
Martínez había sido arrestado 30 veces y acusado de una amplia variedad de delitos entre estos, posesión de marihuana, asalto y robo y estaba en libertad condicional hasta el 2018, por un delito que implica poner en peligro el bienestar de un pariente de 12 años de edad.
Él es también un presunto miembro de la pandilla “P-Bloods Stone”, y tiene un historial de incidentes en los que fue tratado por trastornos mentales.
Ha intentado suicidarse dos veces y a principios de este año, el 28 de febrero, le dijo a la policía que había visto a Dios.
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