“Votamos por Trump porque prometió que no va a hacer de garante de la seguridad mundial, que no iba a ir en contra del ejército sirio, que se iba a ocupar hacer Estados Unidos grande otra vez y meterse solo en asuntos internos. Lo que pase en Siria, lo tiene que resolver el Ejército sirio, al que tenemos que apoyar en su lucha contra los terroristas del Estado Islámico y eliminar la amenaza del terrorismo en el mundo”, decía un ciudadano estadounidense de origen sirio.
Pero si el poder de una imágen es capaz de conmover conciencias, al presidente de EEUU las imágenes de niños agonizando por un bombardeo con armas químicas le llevaron a decidir, unilateralmente, la represalia de EEUU contra Damasco.
“Alguien tiene que ayudar a Siria”, dice otro ciudadano de origen sirio. “Si Estados Unidos no interviene para que acabe el conflicto, simplemente todo seguirá como está ahora, con el pueblo sirio muriendo por un lado y por otro, sin que a nadie le importe. En cambio deberíamos hacer algo para proteger a los sirios, no importa de qué religión o de qué parte estén y espero que el presidente Trump ayude a resolver la situación”.
Desdecirse de su política no intervencionista ordenando el ataque contra una base aérea gubernamental siria ha sido una de las pocas decisiones de Trump, si no la única, que ha logrado un respaldo mayoritario tanto entre demócratas como entre republicanos.
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