Al momento, la prisión bajo control del estado y la ciudad, tiene como inquilinos a miles de asesinos en serie, psicópatas, violadores sexuales, violentos domésticos, estafadores, pandilleros, choferes que matan peatones y huyen de las escenas de los accidentes, gánsteres, atracadores, ladrones, pedófilos, abusadores de animales y muchos otros por delitos graves o la combinación de infracciones menores.
Rikers Island, es también una especie de antro en el que las pandillas imponen sus reglas y frecuentemente hay violencia con muertos y heridos graves, como el pleito ocurrido el domingo en sus instalaciones.
En muchos de los casos, guardias de correcciones violan y apalean presos y presos, abusan de oficiales hembras del Departamento de Corrección (DOC).
Por décadas, la mayoría de neoyorquinos, han estado pidiendo profundas y eficaces reformas para reconvertir la prisión en un verdadero centro de rehabilitación social para los reos que la pueblan.
“Rikers Island, Home of City Boldest” (Hogar de los Peores de la Ciudad”, es el letrero con letras visibles a gran distancia y que habla de su desprestigio.
El alcalde dijo que la cárcel será reemplazada a largo plazo por instalaciones modernas y funcionales, mientras la mayoría de los presos serán movidos a otros lugares.
El alcalde fue escueto en los detalles, incluyendo el costo de la empresa de gran envergadura, lo que se haría en el futuro con la propiedad de Rikers y la posible pérdida de miles de puestos de trabajo del Departamento de Corrección.
También restó importancia a los temores de los neoyorquinos acerca de compartir sus barrios con los reclusos peligrosos. La presidenta del Concejo Municipal, Melissa Mark Viverito, que se unió de Blasio en la conferencia de prensa, permitió la posibilidad de una cárcel en su propio distrito, que cubre el este de Harlem y el sur de El Bronx.
El anuncio del alcalde, marcó un giro desde el año pasado, cuando desoyó llamadas de Mark Viverito y el gobernador Andrew Cuomo para cerrar Rikers.
En ese momento, se llama la idea de “un concepto noble, pero que tendrá un costo de muchos miles de millones, y no tenemos un camino viable para que en este punto.”
De Blasio también dijo que una reducción global del 9 por ciento en los delitos principales en los últimos tres años había puesto la ciudad en camino de reducir gradualmente la población de Rikers por debajo de 10.000 a 5.000.
El informe que propone el plan consta de 146 páginas.
Entre los puntos sugiere que la mitad de los presos en Rikers Island, sean devueltos a las calles a través de reformas fianza, una expansión del programa de la ciudad de libertad supervisada y otras medidas.
La construcción de una nueva cárcel en cada uno de los cinco distritos de la ciudad tendrían un costo estimado de $10.6 mil millones.
Las instalaciones existentes en Manhattan, Brooklyn y el Bronx serían reemplazados con nuevas cárceles construidas sobre terrenos municipales en Queens y Staten Island.
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