Martínez, un veterano de 16 años en la corte, también acusado de asalto indecente, admitió que había mantenido conversaciones sexuales con la reclusa y que compartieron contacto íntimo y consensual en un área el Tribunal de Distrito de Lawrence.
El enjuiciado, de 48 años de edad, dijo repetidamente que nunca había violado a la mujer, la había asaltado indecentemente ni la tocó sin su consentimiento.
"Absolutamente no", dijo Martínez, testificando en su propia defensa.
El abogado defensor Hank Brennan le preguntó a Martínez si había cometido un delito.
"No", dijo Martínez, mientras su esposa y sus hijos lo miraban desde un banco en la sala del tribunal.
Manteniendo su inocencia, Martínez dijo que estaba avergonzado y avergonzado por la situación en la que puso a sus hijas, mi esposa y mis amigos. “La situación en la que me metí".
La mujer supuestamente estuprada, de 34 años, acusó a Martínez de violarla e indecentemente agredirla en 2009 y en dos ocasiones en 2014 mientras ella estaba presa en el tribunal.
Testificó que fue asaltada en el ascensor de los prisioneros, una celda de espera y una escalera en la corte del distrito de Lawrence.
Martínez está siendo enjuiciado por cuatro cargos de violación, seis cargos de asalto y agresión indecente, agresión con intención de violación y retención de evidencia de un proceso criminal.
UNA MUJER MUY BONITA
Martínez negó que los dos tuvieran relaciones sexuales, pero dijo que compartieron contacto consensual íntimo en una ocasión en octubre de 2014 en el tribunal.
La mujer, que tiene antecedentes de delitos por narcotráfico y es adicta a la heroína, estuvo en la corte como prisionera en el área de la cárcel.
Martínez dijo que los dos comenzaron a hablar y coquetear uno con otro, como lo habían hecho antes. Dijo que le pidió a ella que deseaba que se conocieran fuera del juzgado y la felicitó por su etnia y físico de latina.
"Eres una muchacha bonita y debería rehabilitarte", le dijo Martínez a la presa.
Ella le respondió que él era un hombre muy atractivo y que le gustaba la forma en que su uniforme le encajaba.
"Le pregunté si sabía que me estaba despertando por la forma en que estaba hablando", dijo Martínez.
Relató que se ofreció a ser íntima con él. "Y estuve de acuerdo", añadió Martínez.
Entonces, él abrió la puerta de la celda en la que estaba la mujer y ella siguió detrás de él.
En un testimonio gráfico, Martínez dijo que la mujer inició el contacto y nunca le dijo que no quería que sucediera. Tampoco trató de alejarse ni de alejarlo.
EL SEGUNDO TELEFONO
Varios oficiales de la corte testificaron, durante el juicio, que Martínez mantuvo un segundo teléfono celular escondido en el tribunal en la sala de audiencias uno.
Después de su arresto el 4 de marzo de 2015, Martínez llamó a su ex colega, el oficial de la corte Robert Plunkett y le pidió que recogiera el teléfono, se lo llevara a su casa, lo aplastara para destruirlo y lo tirara al río.
El martes, Plunkett testificó que cuando encontró el teléfono alertó a un oficial de la corte que lo entregó a la policía estatal.
Unas 12.000 gráficas fueron encontradas en el celular, incluyendo fotos y videos de mujeres desnudas e imágenes que Martínez tomó de sí mismo desnudo. En algunas fotos, llevaba puesto el uniforme de oficial de la corte, testificó el policía estatal Steve Buccheri.
En el estrado, Martínez dijo que mantuvo el teléfono en el tribunal porque no quería llevarlo a casa. Admitió que guardaba fotos y videos pornográficos en el dispositivo.
También testificó que otros empleados del tribunal eran conscientes del teléfono y vieron las fotos que guardaba. Algunas fotos fueron compartidas con él.
El martes, el jurado escuchó una cinta de audio de dos soldados de la policía estatal entrevistando a Martínez el día de su detención. En la grabación, niega haber tenido contacto sexual en el juzgado o contacto con la mujer involucrada.
En el estrado, Martínez admitió que mentía.
"Tenía miedo, estaba temeroso de avergonzar a mis hijos y a mi esposa, dijo. También alegó que al principio mintió acerca de tener un segundo teléfono porque no quería que fuera encontrado.
Dijo que temía que los medios tuvieran un "día de campo" una vez que supieran de la existencia del teléfono.
Les dijo a los miembros del jurado que rompió las reglas en el trabajo, dando a los internos comida, dulces y cigarrillos a veces. Martínez, que se crió en Brooklyn y se mudó a Lawrence cuando tenía 12 años, estuvo en el estrado durante aproximadamente 80 minutos ayer miércoles, antes de que los jurados cesaran por el resto el día.
Su testimonio y el juicio continuarán hoy jueves.
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