El escándalo basado en las presuntas conexiones con Rusia del fiscal general de EE.UU., Jeff Sessions, podría sumarse al que llevó a la dimisión de Michael Flynn, exasesor de Seguridad Nacional del presidente de EE.UU., Donald Trump, según ha opinado a RT el doctor de Filosofía Gilbert Doctorow, de la Universidad de Columbia (Nueva York).

Una "telenovela de espías": Acusan al fiscal general de EE.UU. de mantener contactos con Moscú

El experto ha calificado la situación en la actual política estadounidense de "una crisis constitucional" y ha sugerido dos posibles escenarios: "O bien Trump va a tomar acciones para purgar a las filas de los servicios de inteligencia para acabar con las filtraciones de información, cuyo objetivo es sabotear su presidencia; o bien tendrá lugar un "impeachment" o algo más severo", ha manifestado.

Doctorow también ha indicado que en el círculo político de EE.UU. están "aquellos que tienen la sed de sangre", así que "sacrificar a Sessions en esta situación no va a resolver los problemas".

"Demandas exageradas"

Por su parte, la exfuncionaria del servicio de inteligencia británica MI5, Annie Machon, ha opinado que los políticos designados por Trump están sometidos a "demandas exageradas", que nunca han sido aplicadas a sus predecesores.

Machon ha enfatizado que en ocasiones previas los funcionarios de alto cargo de inteligencia de EE.UU. "fueron sorprendidos en mentiras", no obstante "nadie insta a investigar aquellos casos", ni tampoco fueron tomadas medidas para analizarlos.

Mientras tanto, la comunidad estadounidense ya está reaccionando a las acusaciones lanzadas por el Partido Demócrata a Sessions, por sus dos reuniones del año pasado con el embajador ruso en EE.UU., Serguéi Kislyak.

Según recoge Reuters, este jueves en frente de las instalaciones del Departamento de Justicia en Washington se llevó a cabo una protesta que exigía la renuncia de Sessions.

El propio fiscal general ha rechazado las acusaciones en su contra y ha ofrecido una rueda de prensa para aclarar sus supuestos contactos con representantes de Rusia. "Nunca me reuní con ningún funcionario o intermediario ruso para tratar sobre la campaña de Trump", declaró Sessions, destacando que no tiene intención de dimitir.

El 13 de febrero la Casa Blanca confirmó la renuncia de Flynn, quien había sido nombrado asesor de Seguridad Nacional el pasado 20 de enero por Trump. La decisión obedece a los informes de la Oficina Federal de Investigación de EE.UU. (FBI) tras hacer públicas en enero las conversaciones telefónicas entre él y el embajador de Rusia en EE.UU., Serguéi Kislyak.

En una entrevista telefónica previa a su dimisión el exasesor declaró que "no cruzó los límites" durante la conversación con Kislyak. Según Flynn, la conversación no tuvo que ver con las sanciones antirrusas, sino con los 35 diplomáticos rusos, que fueron expulsados de EE.UU. a finales del pasado mes de diciembre.