Puente, quien tenía 35 años de edad, habría sido acuchillada sin piedad por Martínez, acorde con la acusación de la policía.
Durante el juicio, los fiscales han presentado numerosos testigos, fotografías, dibujos y otras evidencias que presuntamente conectan a Martínez con el horrendo homicidio.
De ser hallado culpable, enfrenta una sentencia de cadena perpetua.
"La cama estaba saturada de sangre", testimonió ante el jurado el sargento Marcos Rolland en el juicio que es dirigido por el juez Richard J. Carey.
“Había sangre en edredones y almohadas en el suelo y manchas de sangre alrededor de una ventana. Había manchas de sangre en una tina de plástico azul llena de juguetes para niños”, dijo el oficial.
Relato que en la cocina había muchas más manchas de sangre, incluyendo todo el fregadero y la pared posterior. Una caja de cereal tenía una gota de sangre. Los armarios (closets) estaban manchados de sangre.
“Y la sangre estaba de alrededor y en el armario donde se encontró el cuerpo de Puente, a su lado estaban su hija de 11 meses de edad, y los otros niños junto a ella, gritando y cubiertos de la sangre de su madre”, continuó el sargento en el espeluznante relato.
La abogada Mary Anne Stamm, quien defiende a Martínez, dijo al jurado en su argumento de apertura el lunes, que Martínez testificará en el estrado en su propia defensa.
La abogada señaló que Martínez le dirá al jurado que él estaba en el apartamento de Puente, pero no la mató. Ella dijo que Martínez va a ser capaz de decirles a los miembros del jurado "quién fue el que mató a Caridad Puente".
Martínez, residente en Chicopee, fue detenido en 2014 después de que una prueba de su ADN para que coincidió con la sangre en el apartamento, así como con muestras extraídas de debajo de las uñas de Puente.
Pero el fiscal alegó al que conocerán que la víctima, era una narcotraficante y Martínez un drogadicto.
Angel Puente, ahora de 22 años de edad, y quien tenía 10 cuando llegó a casa de la escuela, y no podía entrar en el apartamento, porque nadie lo escuchaba el día del asesinato, fue a casa de un vecino para usar el teléfono.
"Llamé a mi madre primero, pero ella no respondió," dijo el joven. Luego llamó a su tía Isabel Puente, y que fue al apartamento con él encontrando la puerta de entrada cerrada por dentro.
Oyó su hermano de 11 meses llorando, y su tía decidió romper el cristal de una ventana. El jurado vio las fotos de la víctima en las que aparece sentada contra la pared del armario.
El sargento Rolland dijo que las heridas eran más visibles en la mejilla izquierda, el cuello y la cara.
La defensora de Martínez, bombardeó al oficial con múltiples preguntas acerca de cómo y cuándo se recogieron pruebas y cómo se han documentado.
Le adelantó a los jurados, que demostrará que la Policía no investigó adecuadamente la escena o el delito.
Entre otras preguntas, ella le inquirió al sargento si la Policía, se había llevado, la computadora y chequeado los registros de llamadas en los móviles de Martínez y la víctima, y la respuesta fue negativa.
La fiscalía objetó el que Martínez testifique en su defensa en el estrado, pero el juez aclaró que el acusado esté en el derecho de defenderse como él quiera.
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