La Fiscalía acusa a Jae-yong, de 48 años, de sobornar a Choi Soon-sil, una amiga cercana de la mandataria, para obtener favores del gobierno relacionados con la sucesión de líderes en el conglomerado. También ha presentado los cargos de obstrucción a la justicia y el de violar la ley que regula las transferencias de activos al extranjero.
Queda por ver cómo la detención de Jae-Yong afecta a la compañía, cuya actividad supone casi una cuarta parte de la economía surcoreana.
Su arresto es un golpe también para la presidenta, que siempre ha rechazado las acusaciones de corrupción.