En esa ocasión no lograron su objetivo, aunque sí resultó muerto su compañero, otro dominicano de 28 años, alcanzado por al menos una de las balas.

Pero las vendettas no tienen fecha de caducidad. Ese es el código de honor de la mafia y, nueves meses después, el joven fue literalmente acribillado mientras en el interior de un auto estacionado frente a un bar en la Avenida Meridiana, junto a un amigo y tres mujeres, todos dominicanos.

La Policía indaga este caso y otros como un tiroteo en la calle Severo Ochoa de L’Hospitalet, ocurrido el pasado noviembre, también con resultado de muerte. 

Las autoridades han confirmado que algunos de los implicados tienen o han tenido cierta relación con bandas latinas y están cruzando la información de todos los crímenes precedentes en esta secuencia de vendettas para establecer puntos en común.

La disputa por unos paquetes de cocaína podría ser el origen de la guerra abierta entre dos clanes de narcotráfico que compiten  por el territorio en Barcelona y L’Hospitalet

En este sentido, al menos una de las mujeres que ocupaba el coche que fue tiroteado en la meridiana ha pedido protección policial.