Las sanciones estadounidenses contra las dos mayores petroleras rusas, Rosneft y Lukoil, cuyo impacto en forma de reducción de las exportaciones a China e India ya se nota en la economía nacional, entraron en vigor este viernes, justo cuando se está negociando un nuevo plan de paz para Ucrania.
El Departamento del Tesoro asegura que las restricciones ya han logrado, desde su anuncio el 22 de octubre, reducir sensiblemente las exportaciones de hidrocarburos y, por tanto, minar la capacidad de Moscú de "financiar la guerra contra Ucrania".
Éstas son las primeras sanciones adoptadas por la Casa Blanca contra el Kremlin desde que el presidente de EE. UU., Donald Trump, llegara al poder en enero pasado.
El líder ruso, Vladímir Putin, descartó tanto que la medida vaya a tener un impacto negativo en la industria petrolera como que las presiones le vayan a hacer detener la guerra en Ucrania, pero Trump está convencido de que, si Moscú no cesa las hostilidades, la economía rusa sentirá los efectos adversos en un plazo de seis meses.
Impacto inmediato
El Tesoro estadounidense reveló esta semana en un informe que el precio del petróleo ruso Urals se ha desplomado más de un 21 % desde el anuncio de las sanciones.