La decisión fue tomada por el juez Alexandre de Moraes, magistrado del Supremo y responsable de varios procesos contra Bolsonaro, quien aceptó el pedido de la defensa para que el expresidente sea trasladado al Hospital DF Star. Allí permanecerá entre seis y ocho horas para realizarse análisis de sangre y orina, endoscopia, tomografía computarizada, ecografía y un cardiograma.

De acuerdo con su equipo legal, Bolsonaro presenta reflujo e hipo refractario, afecciones que requieren una evaluación médica urgente. Deberá entregar a la Justicia, en un plazo máximo de 48 horas posteriores a la consulta, un informe que acredite los procedimientos realizados y la hora de la cita médica.

Aunque el permiso le permitirá salir de su hogar, el exmandatario seguirá bajo vigilancia constante y portará la pulsera electrónica colocada a inicios de mes, que rastrea sus movimientos. El traslado y la supervisión estarán a cargo de la Secretaría de Administración Penitenciaria del Distrito Federal.

La resolución también permite a Bolsonaro recibir la visita de varios aliados políticos: el senador Rogério Marinho y el diputado Altineu Cortes, ambos del Partido Liberal (PL); el vicealcalde de São Paulo, Ricardo Melo Araújo; y el diputado Tomé Abuch, del partido Republicanos.

Bolsonaro está bajo arresto domiciliario por incumplir medidas cautelares impuestas en una investigación sobre su presunta implicación en un plan para obstaculizar un proceso judicial por intento de golpe de Estado. El caso se centra en los hechos posteriores a las elecciones de 2022, en las que resultó electo Luiz Inácio Lula da Silva.

Las pesquisas indican que Bolsonaro habría canalizado hasta dos millones de reales (más de 350.000 dólares) para financiar actividades políticas en el extranjero, específicamente en Estados Unidos, a través de su hijo, el diputado federal Eduardo Bolsonaro. Este último habría promovido, desde marzo, una campaña para impulsar sanciones y aranceles contra autoridades brasileñas, con el expresidente estadounidense Donald Trump mostrando interés en su situación judicial.

Según la acusación, el objetivo era presionar y desacreditar a las instituciones brasileñas que investigan los disturbios del 8 de enero de 2023, cuando miles de simpatizantes bolsonaristas invadieron las sedes de los tres poderes en Brasilia. Ese asalto generó un fuerte impacto político y derivó en múltiples procesos penales contra líderes y organizadores, incluido el propio Bolsonaro.

El juez Alexandre de Moraes, frecuentemente criticado por Bolsonaro y sus seguidores, ha sido clave en las investigaciones sobre desinformación, ataques a la democracia y redes que promovieron protestas violentas. Ha ordenado medidas como la prohibición de contacto con otros investigados, la entrega del pasaporte y el bloqueo de cuentas en redes sociales utilizadas para difundir mensajes considerados incitación a la violencia o desacato judicial.

En el caso actual, la prisión domiciliaria se dictó tras constatarse que Bolsonaro habría incumplido la orden de no participar en actos políticos internacionales relacionados con su causa judicial. La defensa alega que las actividades en Estados Unidos no violaban las restricciones, argumento rechazado por el Supremo.

El permiso médico de este sábado no modifica su situación judicial: seguirá en prisión domiciliaria mientras avanza la investigación, que podría derivar en nuevas acusaciones. La autorización se limita a los procedimientos médicos programados, con obligación de regresar a su residencia al concluir las pruebas.