Católicos latinos de Chicago esperan que León XIV ‘ablande el corazón’ de Trump
Chicago, EU.- Los latinos católicos de Chicago, que suponen prácticamente la mitad de la comunidad, según datos de la arquidiócesis, esperan estos días una cosa del nuevo Papa León XIV: que ablande el corazón del presidente de EE.UU., Donald Trump, principalmente en lo relativo a la inmigración.


En Des Plaines, periferia norte de Chicago, se levanta desde 2014 un Santuario de la Virgen de Guadalupe, a imitación del de México, y a él acuden miles de católicos -en su gran mayoría latinos- para celebrar bautizos, bodas o fiestas de quince años o para pedir la intercesión de la virgencita en los avatares de la vida: exámenes, enfermedades o crisis matrimoniales.

El santuario ocupa una enorme extensión cercana al aeropuerto O´Hare, con una iglesia y centro de convenciones, tiendas de souvenirs y una gruta donde adorar al Cristo, pero su corazón es una explanada al aire libre donde los fieles se sientan delante de un enorme crucifijo y un cerrito donde se sitúa la estatua de Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el momento en que se le aparece la virgen allá por 1531.

Este fin de semana, Día de la Madre en Estados Unidos y en toda Latinoamérica, llegan familias enteras al santuario a poner velas a la virgen y al Cristo, y constituyen un pequeño mosaico del catolicismo latino en el país, una comunidad que ya supone el 20% de la población y que no para de crecer con respecto a las otras fes, pero que también sufre, como las demás, la secularización y el desapego de la juventud.

Preguntados por EFE, hay una coincidencia generalizada: todos rezan para que León XIV, nativo de Chicago pero con una gran conexión latina -gracias a sus dos décadas en Perú- hable con su paisano Trump y ablande el corazón del mandatario estadounidense en lo que aquí más duele: su política migratoria, traducida en expulsiones expeditivas sin ningún proceso y que han instalado el miedo en buena parte de la población.

"Tengo mucha fe para que ojalá este nuevo papa pueda encontrar el modo de tener pláticas con este nuevo presidente", dice Araceli, de 54 años, preocupada por tres cuestiones: la inmigración, la inclusividad y el medio ambiente.

Mosaico de valores católicos

Araceli se define progresista, pero en el santuario se encuentra toda la diversidad del catolicismo latino: los que piensan ante todo en los valores familiares, los interesados en la justicia social o los alarmados por el racismo que ven en el gobierno de Washington.

Incluso una persona como Eva, trabajadora social de 50 años que se considera conservadora y pone por delante "la religión y la familia" entre sus valores, no siente la menor simpatía por Trump:

"Tengo mucha fe en que Dios nos va a ayudar a todos para acabar con todo el mal que hay en este mundo y especialmente con esta persona que usted indica", dice sin querer siquiera nombrarlo.

Cerca de allí se encuentra Juan Márquez, un camionero cuya indumentaria -tatuajes, gorra, cadenas de oro al cuello- desentona en un lugar así pero que se inclina con devoción a poner una vela al Cristo.

Sus zozobras son en su caso profesionales, pues destaca que las políticas arancelarias de Trump están haciendo mucho daño a su sector, y por eso dice que ha venido "a pedir a la virgencita que toque el corazón de ese señor y nos arregle esa situación".

Dos filipinas de Chicago también se encuentran en el santuario. Una viene a rezar por una amiga a la que han descubierto un cáncer; otra, Roselyn, por sus hijos que dejó atrás en Manila y ahora están en pleno proceso migratorio con el consulado de EE.UU. para tramitar la reagrupación familiar.

"Rezo para que nuestro papa de Chicago sea un instrumento de Dios para cambiar a Donald Trump".

En las últimas presidenciales, el voto latino se inclinó por el Partido Demócrata en un 56%, pero la diferencia con los republicanos, antes aplastante, se ha ido reduciendo con el paso de los años y muchos latinos se sienten cada vez más identificados con valores conservadores, en línea con el país que los acoge en general.

Pero más allá de la política, Araceli pone el dedo en la llaga de uno de los problemas más acuciantes de la Iglesia Católica en Estados Unidos -y en el mundo entero-, cuando dice lo que más espera del nuevo papa:

"Que continúe unificando a los católicos y atraiga a los jóvenes, pues muchos de nuestros curas aún hablan de temas antiguos y pierden a la gente joven, pues no saben hablarles de cosas que les interesan".

Obispo de Chicago: la apuesta de León XIV por los pobres "no es política, es humana"

El obispo auxiliar de Chicago, Larry Sullivan, recordó este viernes tras una misa de homenaje al nuevo Papa León XIV, nativo de la ciudad, que la apuesta del nuevo pontífice por los pobres "no tiene una lectura política, sino humana", en unas declaraciones ante la prensa agolpada en la Catedral del Sagrado Nombre.

Sullivan es estos días el máximo representante católico en Chicago, porque el arzobispo titular, Blaise Cupich, se encuentra en Roma tras el cónclave que eligió este jueves al nuevo pontífice, nacido hace 69 años en Chicago.

En su sermón a primera hora del viernes, muy centrado en un mensaje bíblico y no social, Sullivan repitió en varias ocasiones que, si bien es un motivo de "gran orgullo y celebración" tener un papa estadounidense y de Chicago, lo importante para los católicos era que "la Iglesia tiene un nuevo pastor".

León XIV -hasta ayer el cardenal Robert Prevost, también con nacionalidad peruana- "va a ser un abogado de los pobres y de los desamparados. Se alzará para dar voz a los que no la tienen y los más necesitados", dijo, en las únicas palabras que de alguna manera indicaron las preocupaciones sociales que los católicos de Chicago esperan de él.

Sin embargo, ni en el sermón ni en la rueda de prensa mencionó Sullivan específicamente a los inmigrantes, una cuestión que se adivina será un campo de batalla ente la iglesia estadounidense y el presidente del país, Donald Trump.

Fuentes de la arquidiócesis de Chicago dijeron a EFE que la población inmigrante hispana -casi toda de origen mexicano- constituye actualmente el 50% de los feligreses de una diócesis que cuenta con 2.1 millones de católicos.

A la salida de la catedral, los periodistas se agolpaban para pedir a los feligreses su opinión del nuevo papa: Alexis, un joven mexicano, afirmó que lo primero que espera de él es que lance "un mensaje a los millonarios de que se puede vivir sin millones y sin grandes coches" en un país fracturado por las desigualdades.

Y Gladys, una feligresa de origen asiático, opinó que lo importante de León XIV "no es que sea estadounidense, es que es del continente americano, que es como decir del mundo", y no le cupo ninguna duda de que ha sido elegido para traer un mensaje cosmopolita.

Jim, un nativo de Chicago, expresó por su parte que espera ver pronto "muchos cambios" de la mano de Francisco. ¿En qué sentido? "¡Que unifique nuestra iglesia, es lo más importante!", exclamó.

La iglesia estadounidense está aquejada por fuertes divisiones sobre el papel de la mujer, los derechos de las minorías sexuales o la lucha contra la pederastia, con una jerarquía alienada en posturas conservadoras y unos feligreses más abiertos, aunque la creciente población latina parece inclinar de nuevo la balanza hacia posturas conservadoras. 

Cierran catedral de Chicago en la noche del nombramiento del Papa León XIV

La catedral católica de Chicago, la ciudad natal del nuevo papa León XIV, permanece cerrada en la noche que siguió a su nombramiento, para sorpresa de algunos feligreses que acudieron a celebrar el hecho y de los periodistas desplazados a la ciudad.

Dos equipos de televisión se habían apostado en la entrada principal de la Catedral del Santo Nombre, la principal de la arquidiócesis, con la esperanza de que hubiera alguna celebración especial en esta primera noche, o de que el templo permaneciera abierto en esta ocasión para recibir a los fieles.

Sin embargo, las puertas estaban cerradas a cal y canto y solo un cartel luminoso en la puerta saluda al papa con el mensaje Habemus Papam, y llama a los fieles a una misa a las 8 de la mañana del viernes "para rezar por nuestro nuevo papa".

Un par de feligreses, que de identificaron como Jorge y Anthony, habían venido expresamente desde su barrio, cercano al aeropuerto, a cuarenta minutos de distancia, para celebrar este nombramiento inesperado de Robert Francis Prevost, con la esperanza de encontrarse aquí con otros fieles.

"Mira cómo es -dijo Jorge-, en este país la gente sale en masa a celebrar la Super Bowl (la liga de fútbol americano), pero cuando nombran un papa de su ciudad, ni se nota en las calles", lamentó.

 
Loading...
Escrito Por Redaccion
Monday, May 12, 2025
Compartir:  
Facebook Twitter
<<<< Atras