En una carta a la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, el secretario de Transporte de Estados Unidos, Sean Duffy, dijo hoy que el gobierno federal tiene jurisdicción sobre las autopistas que conducen a Manhattan y que estos peajes adicionales planteaban una carga injusta para los automovilistas fuera de la ciudad. El funcionario no indicó una fecha específica en la que el gobierno federal tenía la intención de terminar el programa, destacó The New York Times.
La norma, conocida oficialmente como Tarifa de congestión (CBDTP, Central Business District Tolling Program), no tenía antecedentes en Estados Unidos. En la misiva el secretario de transporte describió las objeciones de Trump al programa, el primero de su tipo en Estados Unidos, y dijo que los funcionarios federales se comunicarían con la gobernación de Nueva York para “discutir el cese ordenado de las operaciones de peaje”.
En un comunicado Duffy calificó los peajes a los conductores que se dirigen a Manhattan como “retrógrados e injustos”. “El plan de precios de congestión del estado Nueva York es una bofetada en la cara a los estadounidenses de clase trabajadora y a los propietarios de pequeñas empresas”.
“Los viajeros que utilizan el sistema de autopistas para ingresar a la ciudad de Nueva York ya han financiado la construcción y mejora de estas autopistas mediante el pago de impuestos a la gasolina y otros impuestos. Pero ahora el programa de peaje deja a los conductores sin ninguna alternativa de autopista gratuita y, en cambio, les quita más dinero a los trabajadores para pagar un sistema de transporte y no autopistas”, continuó. La carta completa puede leerse aquí.
Al momento la gobernadora Hochul no ha emitido comentarios públicos. El presidente y director ejecutivo de la MTA, Janno Lieber, dijo en respuesta que la agencia de transporte de Nueva York recurrirá a los tribunales para luchar contra cualquier esfuerzo federal por terminar con los peajes, indicó NBC News.
Con este sistema de peaje la mayoría de los autos que ingresan al distrito comercial central de Manhattan -desde la calle 60 hasta el extremo sur de la isla- tienen que pagar una tarifa máxima de $9 dólares desde las 5 a. m. hasta las 9 p.m. de lunes a viernes y desde las 9 a.m. hasta las 9 p.m. los fines de semana.
Se calcula que diariamente de las más de 20 millones de personas que viven en el área triestatal, 1.3 millones se movilizan hacia el Bajo Manhattan en unos 700,000 autos, taxis y camiones. Quienes se oponen al peaje dicen que discrimina a ciertas comunidades, además de que sube los costos de vida ya de por sí altos en la región y en la ciudad más cara del país.
Trump vs Hochul
A fines de noviembre el peaje recibió autorización federal del gobierno de Joe Biden cuando la MTA, los funcionarios de transporte estatales y locales y la Administración Federal de Carreteras (FHWA) firmaron el documento final necesario para comenzar legalmente a aplicarlo. Desde entonces se dijo que Trump intentaría suspenderlo al llegar a la Casa Blanca, además de las varias demandas que han buscado detenerlo, incluyendo una de la gobernación de Nueva Jersey. También hay querellas de grupos que lo apoyan y demandaron a Hochul por suspender el plan en junio, la fecha original prevista para activarlo.
En noviembre cinco republicanos de la Cámara Baja que representan partes de NYC y sus suburbios en el Capitolio escribieron a Trump instándolo a bloquear la tarifa por congestión. Más recientemente el mandatario ha calificado el peaje de “realmente horrible” y “destructivo para Nueva York”.
En días recientes incluso se comentó que el peaje de congestión forma parte de las negociaciones entre Hochul y Trump en torno a la permanencia o no en el poder del alcalde de Nueva York, Eric Adams, apoyado por la Casa Blanca mientras enfrenta cargos federales por corrupción. La a gobernadora tiene la facultad de destituirlo, algo que cada vez más líderes locales le han pedido.
Los expertos legales y de transporte predijeron que no sería fácil bloquear un programa de congestión que ya estaría en funcionamiento, pero que Trump podría tratar de retractarse de la aprobación federal o amenazar con retener fondos para la ciudad de Nueva York, medidas que conducirían a largas batallas en los tribunales.
¿Cuánto se paga?
La mayoría de los conductores cancelan $9 dólares sólo una vez al día al ingresar a la zona de congestión. Los camiones, autobuses y otros vehículos más grandes pagan $14.40. Otros, incluyendo los autobuses turísticos, tienen que pagar una tarifa base de $21.60. Los autobuses de transporte público y de cercanías, ya sean operados por la MTA, otra agencia pública o una empresa privada, están exentos del peaje, explicó Daily News.
¿Hay descuentos?
Quienes ingresen a través de un cruce que ya tiene peaje (los túneles Holland, Lincoln, Brooklyn-Battery o Queens-Midtown) reciben un descuento de $3 dólares, pagando $6 por la tarifa de congestión.
Los peajes nocturnos también disminuyen: entre las 9 p.m. y las 5 a.m. la tarifa para automóviles baja de $9 a $2 dólares, pero el descuento de $3 del túnel no se aplica durante esas horas. Hochul dijo que los peajes reducidos ahorrarían a los viajeros diarios casi $1,500 dólares al año y hay descuentos para los conductores que ganen menos de $50,000 anuales.
¿Cómo se estableció esta tarifa?
Hochul redujo 40% el costo a 9$ dólares diarios, tratando de apaciguar a los críticos que decían que los originales $15 eran demasiado altos. Los funcionarios analizaron tarifas entre $9 y 23 dólares diarios antes de decidirse por 15, explicó en noviembre Winnie Hu, reportera de The New York Times.
¿Qué buscaba el plan?
Menos tráfico y accidentes, aire más limpio en la ciudad, y más recursos para mejorar el transporte público: proyectos como modernizar las señales, extender el Metro de la 2da Avenida en Manhattan y hacer que las estaciones sean más accesibles con ascensores. “Cinco años después de que la legislatura promulgó la ley del estado Nueva York sobre la fijación de precios por congestión, y con 4,000 páginas de análisis, cientos de audiencias y reuniones de divulgación a nuestras espaldas, los neoyorquinos están preparados para los beneficios: menos tráfico, aire más limpio, calles más seguras y mejor tránsito”, alabó en abril el presidente y director ejecutivo de la MTA, Janno Lieber.