Los gemelos que no han sido idi5tificados por sus nombres de pila, fueron bautizados por la policía como “Zeke” que significa el regalo de la gracia de Dios, y “Zane”, la fuerza de Dios que tenían todavía sus cordones umbilicales pegados.
A pesar de los enormes esfuerzos del escuadrón contra homicidios de la policía, pruebas de todo tipo, incluido el ADN y técnicas avanzadas de investigaciones, la uniformada no ha podido al cabo de los cuatro años dar ni siquiera con una sola pista que conduzca a la captura de algún sospechoso a una persona de interés en el caso.
El viernes, como cada año, la policía del distrito llevó a cabo una vigilia en memoria de los infantes asesinados en la que participaron numerosos uniformados, investigadores del caso, activistas comunitarios, dirigentes religiosos y vecinos con velas, velones, flores, globos y carteles pidieron a Dios porque se haga la justicias en los crímenes de los gemelos.
Nadie ha aparecido para dar información sobre si algunos de los residentes en el edificio vieron a alguien tirando los cuerpecitos en la basura.
Los cuerpecitos fueron avistados por el superintendente dominicano del edificio situado la avenida College y la calle 171 Este en el sector Claremont, Osvaldo Vólquez, quien inmediatamente dio parte al 911.
Mientras la policía sigue intentando encontrar a sus asesinos, se toman tiempo para recordar a los pequeños que nunca tuvieron una oportunidad.
En noviembre de 2020, los gemelos recién nacidos fueron golpeados hasta la muerte y arrojados con un montón de sangre en al basurero.
La detective de homicidios en El Bronx, Brianna Constantino es la investigadora principal del caso, y ella y su equipo siguen luchando por resolverlo.
"Mi reacción inmediata fue: ¿quién hizo esto?, ¿quién haría esto?. Al menos una persona sabe lo que pasó y ha estado viviendo con esto durante cuatro años", dijo la detective.
Los cuerpos de los niños fueron encontrados a 20 pies de distancia desde donde fueron cargados al basurero según cálculos de algunos investigadores que buscaron testigos en el vecindario esa noche y no encontraron nada.
Las cámaras de vigilancia no funcionaban, por lo que no hay vídeos con imágenes.
"No hay muchas cámaras de videos, ya que es un barrio tranquilo. La cuadra detrás de nosotros es un parque. Es tranquilo, está oscuro. Así que es posible que alguien no haya visto nada de esto. Sí, pero te diré que alguien sabe lo que pasó", dijo la detective Constantino.
“¿Y por qué esta calle?, ¿por qué este edificio?, los residentes incluso dieron sus huellas dactilares para eliminar su condición de sospechosos. ¿Podría ser que este lugar haya sido elegido al azar. Podría ser que este fuera un lugar que la persona conocía", añadió la investigadora.
La detective pidió a cualquier persona que tenga información que la presente.
Los casos sin resolver no siempre se resuelven, pero los investigadores tienen confianza en que este se resolverá, incluso después de cuatro años.
Los bebés gemelos fueron envueltos en papel marrón y habrían sido lanzados desde algún apartamento para que se mataran, según la tesis de los investigadores y vecinos del área, después del macabro hallazgo.
Los cuerpecitos de los infantes tenían lesiones. Uno de ellos tenía una herida punzante, aunque los policías creen que pudo haberle sido hecha durante el parto.
El caso ha conmocionado tanto a los residentes del edificio como a la comunidad en general, que reaccionaron sobrecogidos y calificando como un crimen horrendo las muertes de los gemelos, cuyos pesos oscilaban entre 3 y 4 libras.
Vólquez, le dijo a la policía que se topó con los cadáveres de los bebés a las 1:45 de la tarde y de inmediato se comunicó con el 911.
El otro bebé tenía una herida en la cabeza y una cuerda azul envuelta alrededor de su cuello, dijo la policía.
La policía no ha conseguido información sobre quiénes eran los padres de los niños.
Los agentes inspeccionaron el edificio en busca de información y grabaciones de vigilancia.
Vólquez, de 71 años de edad dijo que vio a uno de los bebés, acurrucado en posición fetal y lo que parecía la placenta.
“Pude ver sus pequeñas manos y pies”, añadió Vólquez, quien describió al bebé como un feto completamente formado que parecía pesar entre 3 y 4 libras.
Dijo que el infante no se movía y no parecía estar vivo cuando llegó allí. Calificó como un acto terrible e inhumano el crimen y se preguntó quién o quienes pudieron haberlo cometido.
Los dominicanos Milio Tejeda y Sonia Acevedo, se mostraron conmocionados ante el hecho, coincidiendo en que si la madre o ambos padres de los gemelos no querían criarlos, debieron acogerse a los procedimientos legales, pero no matarlos.
Las manchas de sangre aún eran visibles en el suelo del patio trasero, que no es accesible para los que no viven en el edificio.
El el entonces subjefe del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), Timothy McCormack, pidió la ayuda del público en la investigación durante una conferencia de prensa frente al edificio.
Quien haya dejado a los bebés podría enfrentar cargos por deshacerse de restos humanos y otras acusaciones, dependiendo de lo que el médico forense dictamine como la causa de las muertes, dijo McCormack.
“No debería ser así para nadie, ni siquiera para los animales”, dijo el propietario del edificio.