Al candidato republicano, según indicó en una llamada con periodistas organizada por la ONG Voto Latino, «no le importa nada la comunidad latina».
«Es un hombre de negocios fallido. A él solo le importan los amigos multimillonarios que tenía y para los que acumuló riqueza. Y dice que los inmigrantes están envenenando la sangre de nuestro país», destacó.
El presidente demócrata insistió en sus críticas: «Justo el otro día, un orador en su mitin llamó a Puerto Rico una isla flotante de basura. Bueno, déjenme decirles algo. (…) La única basura que veo flotando por ahí son sus seguidores. Su demonización es desmesurada y antiestadounidense. Es totalmente contrario a todo lo que hemos hecho», sostuvo.
Un portavoz de la Casa Blanca indicó en X que Biden se estaba refiriendo a «la retórica» utilizada en el acto en el Madison Square Garden de Nueva York, en el que el humorista que desató la polémica con sus palabras fue Tony Hinchcliffe.
Desde el bando republicano, no obstante, no se tardó en reaccionar. El propio Trump pidió en un mitin en Allentown, localidad en Pensilvania de mayoría latinoamericana, que se le perdonaran esas palabras a Biden.
«Realmente no sabe lo que dijo. Es algo terrible, terrible, pero realmente no lo sabe. Estoy convencido de que le gusto más yo que Kamala», dijo en referencia a la vicepresidenta y candidata demócrata.
En ese mismo encuentro salió también a la defensiva el senador Marco Rubio: «Espero que su campaña esté a punto de pedir perdón por lo que acaba de decir. No somos basura, somos patriotas que amamos Estados Unidos», concluyó.
Rubio, que representa Florida, es de origen cubano; sus padres emigraron a EE.UU. en 1956 y él nació en Miami.