Thanat Thangtewanon, de 35 años, asegura que instantes después de sentarse en la taza del baño sintió un dolor agudo que le desgarraba sus partes íntimas.
«Sentí que algo me mordía los testículos. Era muy doloroso, así que metí las manos en el retrete para ver qué pasaba. Me sorprendió ver que había agarrado una serpiente», aseguró.
Con la serpiente colgando de su cuerpo, el hombre cogió una escobilla de baño y empezó a golpearla en la cabeza hasta que se soltó y cayó muerta. Al parecer, el reptil estaba escondido en el sifón.
«Me levanté rápidamente y la arranqué. Sentía dolor, mucho dolor, y había sangre por todas partes, pero me sorprendió más haber encontrado una pitón en el retrete», afirmó.
Thangtewanon acudió inmediatamente a un hospital para vacunarse contra el tétano. Afortunadamente, los médicos le dijeron que no necesitaría puntos porque la herida no era tan profunda como para dañar la piel y que se curaría en un par de semanas.
«Mis testículos ya están a salvo», destacó, añadiendo que tuvo suerte de que no fuera una serpiente venenosa, «una cobra me habría matado».
Sin embargo, afirma que desde el incidente no ha vuelto a usar ese baño. «Cada vez que voy, compruebo lo que hay dentro y meto un cepillo para asegurarme», señaló.