Purvis, quien estaba asignado al precinto 30, ubicado en el 451 W de la calle 151, en Hamilton Heights, había estacionado su automóvil cerca del lugar horas antes del suicidio. Al no presentarse a su turno y no responder a los llamados de sus colegas, varios oficiales decidieron acudir al apartamento. Desde una ventana, descubrieron el cuerpo del agente en un charco de sangre.
El suceso ha dejado consternados a decenas de sus compañeros, quienes expresaron su pesar por la pérdida de uno de los suyos.
La organización Archivo de Violencia Armada (GVA), con sede en Washington D.C., que monitorea incidentes de violencia con armas de fuego a nivel nacional, informó que hasta la fecha, 50 oficiales de policía han fallecido por balas en Estados Unidos, mientras que otros 227 han resultado heridos, lo que resalta la gravedad de la situación para las fuerzas del orden en el país.
Este triste acontecimiento subraya los desafíos que enfrentan los agentes de la ley, tanto en su vida profesional como personal.