El hombre, que no ha sido identificado, afronta tres cargos de asesinato, cinco de intento de asesinato y uno por destruir una propiedad con intención de poner en peligro la vida, informó hoy la Policía del estado de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney.
El suceso, vinculado a un caso de violencia doméstica, ocurrió la madrugada del 7 de julio, cuando los servicios de emergencia acudieron a una vivienda en el barrio de Lalor Park, a unos 35 kilómetros al oeste de Sídney, tras recibir reportes de un incendio en una vivienda.
El acusado supuestamente intentó bloquear el acceso de los bomberos, los servicios de emergencia y los vecinos que intentaban ayudar, según la investigación policial.
El fuego se cobró la vida de tres niños, dos varones de dos y seis años que fallecieron en un hospital y una bebé de cinco meses declarada muerta en el lugar del crimen, mientras que otros cuatro menores, de entre cuatro y nueve años, y su pareja, de 29 años, fueron rescatados con vida.
Las autoridades no han precisado si todos los menores o cuáles son hijos del acusado.
La mujer fue dada de alta y los menores supervivientes se encuentran en condición estable y se recuperan de las heridas en un hospital de Sídney, precisó hoy el comunicado policial.
El acusado se encuentra en un hospital y fue representando este jueves por su abogado en la vista acusatoria ante un tribunal local, que fijó una nueva fecha del proceso para el seis de septiembre, informó el canal público ABC.
El jefe del Gobierno de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, dijo el martes en una rueda de prensa que este asesinato es “un acto horrendo y sin sentido” que ha “traumatizado” a los pobladores de su jurisdicción.
Este suceso se da en un contexto en que el Gobierno de Australia declaró en mayo la violencia doméstica como “una crisis nacional”, en un país donde una de cada seis mujeres experimenta violencia doméstica, según datos oficiales.
Según un reciente estudio de la Universidad de Melbourne, alrededor de 1.000 menores perdieron a al menos uno de sus progenitores por asesinato relacionado con la violencia doméstica en las dos últimas décadas, ya sea porque uno de ellos falleció y el otro fue detenido, huyó o se suicidó.