Esta advertencia surge como respuesta a las amenazas de cierres fronterizos y las restricciones migratorias cada vez más estrictas anunciadas tanto por republicanos como por demócratas en Estados Unidos.

Santiago González, director de Derechos Humanos del municipio de Ciudad Juárez, dijo a la agencia de noticias EFE que la ciudad actualmente experimenta un período de relativa calma en cuanto a la presencia de migrantes.

Advierte, sin embargo, que esta tranquilidad podría ser efímera, dado el clima de incertidumbre política y los enfrentamientos entre el presidente Joe Biden y la fracción republicana en Estados Unidos.

Señala que los cambios en la política migratoria estadounidense podrían desencadenar un nuevo flujo migratorio hacia la región.

“Estamos en una sospechosa calma, a la expectativa de los cambios que se vayan a dar”, manifestó González. “Los flujos migratorios son muy impredecibles, estamos en un año en el que va a haber varios cambios y definiciones en materia de política migratoria”.

A pesar de la disminución en la llegada de migrantes por ferrocarril, González destaca que los arribos por vía aérea y otras plataformas de transporte siguen siendo una realidad.

Actualmente, los albergues municipales y federales cuentan con aproximadamente 1,400 lugares disponibles para migrantes, además de los espacios proporcionados por organizaciones humanitarias y religiosas.

Ernesto Vasconcelo, abogado especializado en asuntos migratorios y residente en Ciudad Juárez, resalta a EFE la necesidad de que Estados Unidos abra sus puertas a las solicitudes de refugio en condiciones dignas.

Critica asimismo el cierre de las vías legales para solicitar asilo político, lo que ha obligado a los extranjeros a buscar alternativas irregulares y peligrosas para ingresar al país.

“Lo que debemos entender es que Estados Unidos cerró las puertas legales negando los asilos políticos”, señaló. “Esas puertas legales están cerradas, al estar estas puertas legales cerradas eso obliga al inmigrante a buscar las puertas ilegales”, añadió.

El año pasado, la región experimentó un flujo migratorio sin precedentes hacia Norteamérica, con hasta 6,000 migrantes diarios llegando a la frontera sur de México, según la Organización Internacional para las Migraciones.

Ante este panorama, queda claro que la situación migratoria en la frontera norte de México sigue siendo un tema de preocupación y debate, tanto para las autoridades como para los activistas y defensores de derechos humanos. La incertidumbre política y las fluctuaciones en la política migratoria de Estados Unidos plantean desafíos significativos que requieren una respuesta concertada y humanitaria.