Entre esos religiosos, sin embargo, no se encuentra el obispo Rolando José Álvarez Lagos, que se ha negado a abandonar el país.
A través de una declaración, el Gobierno de Nicaragua explicó que «luego de sostener fructíferas conversaciones con la Santa Sede» se logró un acuerdo para el desplazamiento hacia el Vaticano de 12 sacerdotes «que, por distintas causas fueron procesados, y que han viajado hacia Roma, Italia, esta tarde».