La orden de la jueza federal de distrito Renee Marie Bumb en Camden, Nueva Jersey, se produjo en respuesta a una demanda presentada por siete personas y la Asociación de Clubes de Rifles y Pistoleros de Nueva Jersey que impugnaban partes de una ley firmada por el gobernador demócrata de Nueva Jersey, Phil Murphy, en diciembre.

“Esto marca el principio del fin de la nueva ley de portación flagrantemente inconstitucional del gobernador Murphy, que se está incendiando”, dijo Scott Bach, director ejecutivo de la asociación, en un comunicado.

“Esperamos poder apelar el fallo y estamos seguros de que se revertirá”, dijo Tyler Jones, portavoz de Murphy.

Bumb bloqueó hace tres semanas otras partes de la ley en una demanda similar presentada por diferentes demandantes. Esas medidas incluían la prohibición de portar armas en bibliotecas públicas, museos, bares y restaurantes, y en propiedades privadas sin el permiso explícito del propietario, así como el transporte de armas cargadas en vehículos.

Otras partes de la ley, incluidas las medidas que endurecen los requisitos de licencia de armas y las reglas de seguridad de armas de fuego, siguen vigentes.

Las sentencias en ambos casos son órdenes de restricción temporales, que evitarán que se hagan cumplir las prohibiciones mientras avanzan las demandas. No son sentencias definitivas.

Ambas demandas argumentan que las nuevas restricciones del estado violan el derecho a portar armas garantizado por la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.

La ley fue aprobada en respuesta a la decisión de la Corte Suprema en junio de que la Constitución de Estados Unidos protege el derecho de las personas a portar un arma en público para defensa propia, anulando una ley de Nueva York que rige las licencias de armas.

La decisión del tribunal superior dejó abierta la posibilidad de que los estados restrinjan las armas en “lugares sensibles“, pero dijo que cualquier restricción debe ser consistente con la tradición histórica de regulación de armas de la nación. Bumb encontró que las restricciones cuestionadas en ambos casos no encajaban en esa tradición.