Cuando tenía 14 años, el actor robaba Snickers de tamaño ‘king’ de la tienda casi cada día porque no podía permitirse comprarlos. La barra le servía de tentempié antes de entrenar. La Roca subrayó que su familia fue «desalojada de Hawái» en 1987, y desde entonces quería volver para «corregir este error».
Estaba «arruinado como un demonio», recuerda Johnson. «La misma empleada estaba allí todos los días y siempre se limitaba a girar la cabeza y nunca me pillaba».
El famoso actor no terminó su viaje a la tienda simplemente comprando los Snickers, sino que también compró los artículos de todos los clientes del establecimiento y dio propinas a los cajeros. En total, su compra en la tienda llegó a la suma de 298 dólares. Además, dejó todos los Snickers que había comprado para que sean entregados a los clientes hambrientos.
El gesto del actor no pasó desapercibido para 7-Eleven, que comentó el video publicado en las redes sociales, bromeando con que ahora todo el mundo conoce el secreto del entrenamiento de Johnson.