Solo bastó unas dos horas para llegar al veredicto.
La sentencia será el 1 de abril de 2022.
Contra Pina Nieves pesaban dos cargos por posesión ilegal de un arma de fuego modificada ilegalmente para disparar de forma automática, y por posesión de un arma de fuego por parte de una persona que fue convicta por un delito federal.
Por cada cargo se expone a un máximo de diez años de prisión.
Durante siete días el jurado –compuesto por siete mujeres y cinco hombres- escuchó testimonios y grabaciones telefónicas como parte de la prueba presentada por la fiscalía en la sala 2 del juez Francisco Besosa.
Como testigos de la fiscalía, acudieron agentes del Negociado Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) que participaron en el allanamiento de la residencia del productor; y en el monitoreo de las llamadas grabadas.
La prueba más fuerte fue una llamada telefónica interceptada el 6 de febrero de 2020, cuando agentes del escucharon a Pina Nieves indicar que tenía una bóveda con armas en una de sus casas, en la urbanización Caguas Real.
La defensa, que estuvo compuesta por los licenciados María Domínguez y Francisco Rebollo, intentó probar que había más personas con acceso a la bóveda.
Mientras que los fiscales federales María Montañez y José Ruiz, llevaron el caso.
Durante los días del juicio, que comenzó el 14 de diciembre, Pina Nieves siempre expresó sentirse “confiado en Dios” y agradecido por el apoyo de “familiares, amigos, mis abogados y todas las personas que me escriben”.
En varias ocasiones llegó junto a la exponente urbana Natti Natasha, su compañera; y tres de sus hijos.