Según han declarado fuentes cercanas a la pareja al citado medio de comunicación, “ella estaba muy emocionada después de la pedida de matrimonio en marzo, y ya estaba haciendo planes, buscando fechas, lugares… Pero las acusaciones de infidelidad, siendo falsas o no, la dejaron sin muchas ganas”.
Para la tranquilidad de quienes creían que Rodriguez era el hombre definitivo para JLo, el mencionado periódico subraya que la relación entre ambos continúa, aunque no así la boda: “Ellos no están discutiendo ni nada de eso, pero ella ha aprovechado el hecho de que tiene mucho trabajo para dejar las cosas así, como están, sin boda”; de momento, de forma indefinida.
Efectivamente, en la actualidad, Jennifer Lopez se encuentra volcada en sus nuevos proyectos profesioanles. El estreno y la consecuente promoción de su single Medicine han servido para que la artista del Bronx centre sus energías en el plano laboral y deje de lado la que parecía iba a ser una de las grandes bodas del año en el ámbito social hollywoodiense con impacto global.
Jennifer Lopez y Alex Rodriguez anunciaron su compromiso el pasado mes de marzo mientras disfrutaban de un romántico fin de semana en las paradisíacas islas de Bahamas. El objetivo del comentarista deportivo era sorprender a su futura mujer con la pedida de mano y así fue.
De esta forma, y tras más de dos años juntos, la pareja estaba decidida a dar un gran paso en su relación, que comenzó tras diferentes relaciones fallidas por ambas partes. Una buena noticia que no pasó desapercibida para sus millones de seguidores, que llenaron, en cuestión de minutos, sus correspondientes muros de Instagram, Facebook y Twitter con comentarios de felicitaciones.
El matrimonio con quien fuera la gran estrella de los Yankees de Nueva York iba a ser el cuarto para la diva de la música, que ya ha estado casada en tres ocasiones anteriormente. Primero, con el actor Ojani Noa (44), después con el bailarín Cris Judd (49), y finalmente con su último marido; su relación más importante, con el cantante Marc Anthony (50) padre de sus mellizos Emme y Max, que acaban de cumplir 11 años.