Elsa Turull, cabeza de Larimar Films, productora de la cinta, es consciente y lo ha hecho como una forma de romper con esquemas.

Es por esto que quiso traer al realizador chileno Matías Bize para que reinterpretara su otra película “En la cama”, que rodó en 2005, con actores de nuestro país.

La presente, que protagonizan Eva Arias y Josué Guerrero, explora la relación adúltera de dos personas, narrada solo a partir de sus encuentros íntimos. En ese sentido, la estructura narrativa del filme es también un riesgo, ya que se desarrolla en un solo espacio y con dos únicos actores, quienes encarnan a Julia y Manuel (Arias y Guerrero, respectivamente).

Por supuesto que esto no es nuevo, pero dentro del cine local sí, y máxime con las escenas de cama y desnudos que pueblan el metraje, resulta una verdadera osadía en un país en el que la mayoría se aleja de temas adultos buscando el favor de la mayoría.

Contada en días, es decir, los días de los apasionados encuentros, la trama avanza a medida que se van conociendo los personajes y, de cómo, de solo tener en común el deseo sexual, se va desarrollando la historia a través de sus conversaciones.

Y este punto es el más delicado de este tipo de filme, en el que todo el peso del metraje cae encima de los actores y los diálogos. Esto porque los intérpretes (como fue el caso de la trilogía “Before...”, de Richard Linklater, o “Habitación en Roma”, de Julio Médem) deben hacerse con el personaje, primero, y luego las cosas de las que hablan deben ser muy creativas e intersantes.

Este es uno de los puntos bajos del filme, que cuenta con una ambientación muy bien lograda, que los diálogos pecan de ser, en una buena parte, insulsos. Pero lo narrado aún así llega donde tiene que llegar en una producción en la que destaca la naturalidad de Eva Arias, quien se ha decidido por un primer protagónico arriesgado, pero en el que sale bien parada.