El debate osciló entre diversos matices que culminaron en una sola discusión: ¿se puede hablar de romanticismo en una historia repleta de acosos y acciones machistas? La respuesta parece ser clara. Sin embargo, dos especialistas analizaron para Infobae una historia que plantea el amor obsesivo sin condenas, sin escrúpulos ni consecuencias.
"Me parece que es interesante que no sea el típico asesino serial con el que han trabajado. Engancha el amor romántico de parte del protagonista y de la chica como aquello que se descubre desde la cotidianeidad. Luego las cuestiones obsesivas de parte de él, en donde cree que para tener una relación sana debe crear su propio mundo del que es correcto.Desde ese hilo justifica -equivocadamente- sus pensamientos y acciones en pos de que va a ser el hombre de su vida", explicó Aníbal Eduardo Muzzin, psicólogo especializado en violencia familiar.
"Los acosadores no tienen un perfil definido en general. Nuestra cultura plantea la masculinidad, es decir el hombre como él, considerado más importante en la sociedad con privilegios que incluyen el poder sobre las mujeres. A entender que el no de una mujer en realidad es un "si" o un "ni" porque si dicen eso es "para hacerse rogar". Esto existe en todos o la mayoría de los hombres, porque la cultura es algo que nos socializa y moldea a todos hombres y mujeres. Sólo deconstruyendo esto se sale de estos roles que llamamos estereotipos", afirmó Mabel Bianco, médica y presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM).
La serie se enfoca en un psicópata que aborda a una mujer a través de "encuentros casuales" y "coincidencias imposibles". Ingresa dentro de la cabeza de la joven para ofrecerle un mundo perfecto. O lo que él cree que va a ser perfecto para ambos, a través de comportamientos y acciones que varían: en su locura, es capaz de observarla a través de una ventana o de asesinar al novio para quitarse a un rival del camino.
"Ninguna relación de este tipo va a desarrollarse de manera normal. Siempre dejará huellas y cicatrices. Él conoce la diferencia entre el bien y el mal, nosotros permanente buscamos como seres humanos describir relaciones enfermizas para no estar cerca de ellas. Esa delimitación, en algún punto, no existe. Todos cometemos y justificamos acciones que otros ven como delirantes", relató Muzzin.
Y agregó: "Existen algunas actitudes de control, exacerbadas como en la serie, la cual plantea un acoso de entrada, una cuestión obsesiva con situaciones delirantes. Él se arma una historia y, para crearla, necesita información. Todo el acoso pasa por tener la máxima cantidad de información posible para saber a quién tiene que dominar".
Para Bianco, "la fuerza de la mujer parte más desde la moral o del temperamento que de la física. Entonces los métodos utilizados son distintos, salvo excepciones que siempre hay pero son raras. Al igual que en la vida real, la víctima de la serie es víctima. Y punto. Sin embargo no siempre se reconoce como tal. Muchas veces cree que ella es la que provoca y es responsable del acoso porque tanto el abusador como la sociedad -allí el papel de los medios de comunicación es clave- así se lo hacen sentir. Todos son motivos que inmediatamente se miran y se señalan en la víctima".
"La víctima siempre necesita ayuda para que pueda visualizar el abuso y así comience a quebrar el vínculo con esa pareja, porque es nocivo independiente de que el otro quiera. Esto requiere mucho trabajo e incluso avances y retrocesos que se ven cuando la mujer vuelve a tomar contacto. A veces dicen: "vuelve porque ella lo busca". Es difícil romper vínculos y más cuando hay hijos o familiares en el medio", sostuvo la especialista.
El debate público, expuesto en las redes sociales, colocó sobre la mesa la idea de "normalizar" determinados actos del protagonista, situándolos dentro de la cotidianeidad. Perseguir, persuadir, influir y condicionar, en este contexto, son verbos bañados en un tinte oscuro, casi perturbador. El joven, ansioso por conquistarla, encuentra otro aliado para lograrlo: las redes sociales.
"Las redes sociales se transformaron en el diario personal de cada uno. El diario íntimo que antes uno tenía ahora está volcado en las redes. Allí conviven muchas personas y muchas herramientas para acceder a esa información; y a mal utilizarla. Las personas que luego son víctimas de los stalkers no conocen toda las configuraciones de privacidad que ameritan para un sano uso", indicó Muzzin.
Bianco, a tono con lo expuesto por el médico, suscribió: "Decir que todo estaba expuesto en las redes sociales, que se mantenía a la vista, son motivos o excusas para disminuir la responsabilidad y culpa del abusador/acosador. Por eso cuando la víctima lo puede entender se rebela contra ese hombre, como ocurre en la serie. Allí pasa de creer que es la responsable a hacer todo lo posible para escapar de él".