No importó la amenaza de lluvia y luego su realidad, decenas de miles de personas colmaron el Estadio Olímpico para celebrar juntos los 20 años de Telemicro. Cuando su propietario Juan Ramón Gómez Díaz dijo su discurso con todas la eses posibles dijo ¡Viva República Dominicana! al más fino estilo de los mandatarios mexicanos ante el Zócalo. El gesto era consustancial con que uno de los más destacados artistas mexicanos, Alejandro Fernández, El Potrillo, el verdadero, iba a ofrecer seguidamente -cual cereza del helado- un concertazo que aún a las 5:00 de la mañana tuiteaban alegres machos y féminas, alelados de entusiasmo noctámbulo.
Muchas horas atrás, esa hechura de las redes que es Bulin 47, ya convertido en estrella (Dios nos coja confesados!) y sus “Siete pollos”, puso a moverse al público y a cuatro muchachas de talla extra (léase gordas) convertidas en bailarinas de su ¿show?. Así mismo, Químico Ultramega, aún en olla, y que veremos en breve convertido en un portento del oro, cantando “tu papá dice que no, tu mamá dice que no, pero al final la decisión de esto la tengo yo”.
Lo mejor de ambos, Bullin 47 y Químico Ultramega, no pudo ser visto por el público, pues ocurrió tras bambalina, en una sabrosa tiraera que ambos se gozaron diciéndose “maravillas”, improvisando cada uno en rap.
Elvis Martínez ahora “Laudano”, intentó mover el público creciente con su bachata y un look urbano que incluyó bandera. Cantó la bachata “Maestra”, comenzó a llover, y fue cuando de verdad la gente se movió. El segundo tema fue “Qué me diste de beber”, ya bajo aguacero y con el gran coro a favor suyo.
Segundo tiempo
Subiendo la tarde, haciéndole cosquillas a la noche, Chiquito Team Band había puesto a bailar a los presentes con su salsa, y Carlitos Way había regalado una presentación comedida y casi fugaz, pero bien realizada, que en eso Edilenia Tactuk es la mejor, porque hay que señalar que cada artista tuvo cuerpo de baile con coreografías diferentes para cada uno, y que siempre terminaban como si fuese el eterno tan tán, con brazos abiertos, sentaditas unas y paradas otras.
El Mayor Clásico es quizás El Jeffrey de los urbanos en cuanto al sentido de ofrecer siempre una producción y demostrar una inquietud creativa de gran poder de innovación. Así, descendió de su nuevo auto vestido de Batman, y entre los temas que brindó hizo una fusión de palo (Anaísa y San Miguel), se llamó a sí mismo “el único familiar de Donald Trump en República Dominicana”, hizo “El Carejoyor” “Se me llenan los bolsillo”, “Versace” y dejó como último tema “El maíz”.
Un mal de los animadores criollos es que casi ninguno sabe decir otra cosa que arriba las manos, mujeres y esas bobadas que hartan si uno las suma una a una en cada evento.
Luego subió El Alfa con un trabajo menos depurado que los anteriores, dembow crudo podría decirse, mucha sirena, y el coro de “¡Daaaaame, dame banda!”, luces y bailarinas siempre con vestuario diferente, con Bulova hizo “El sonido pesa” (“somos millonarios, pero vengo de un batey”, que rima genialmente con yibiyibiyá yibiyó yibiyey). Presentó un joven artista.
Musicólogo abrió con “Wao que movie”, más conocida como “Soplete”. El también preguntó por las mujeres solteras. Y presentó a su “hermanito” Tali Goya, a modo de “sorpresa”, para hacer juntos “Como ehh”.
Subiendo el nivel
Caroline Aquino anunció a Shadow Blow: con orquesta filarmónica integrada por 15 mujeres y fliscorn dirigida por Eugenio Van Der Horst además del Dj que lo acompaña. Salió por elevador del foso. Yo quiero hablarte de amor. “Se puede hacer música con calidad”, dijo. Cantó con El Mayor “Dónde tú tá”.
Entre la lluvia, los chorros de agua y otras presentaciones bastante mediocres de otros urbanos, había que subir el nivel y la presentación de Mark B fue impactante. Con banda con metales, melodías pegajosas con ritmo del Reggaetón y cuerpo de baile: “Playa y arena” bajo lluvia y agua a chorros contra el calor. “Par de velitas”, con chorros de humo, diseño de luces. “Cintura”, y “Vamos a ponernos locos”.
Luego Don Miguelo, sin mucha producción dijo entre otros temas suyos “Yo me voy en una”; “El marido de tu mujer”; etc, con gran conexión con el público.
Divas by Jimenez, con el ritmo trepidante, que deja exhausto a los oídos y a los posibles bailadores. cantaron par de temas, luego hicieron una fabulosa transición en el homenaje a la mujer en el merengue con Belkis Concepción incluyendo otras féminas. Mabel tocando bajo y cantando. Homenaje a las Chicas del Can (sin mencionar a Miriam Cruz). Una de las producciones más felices de la jornada.
Jochy presentó la iniciativa de la bandera en la estratosfera. Y entró la New York Band, con el mismo show que Edilenia Tactuck les hizo y el mismo vestuario, siempre con mucho colorido “Amada mía”, “Si tú eres mi hombre”, etc. y sería un éxito si presentan nuevos temas y vestuario renovado y así dar sentido al come back, que ha sido, hasta ahora efectivo, pero que corre el riesgo de cansar. Renovación es la palabra.
Miriam Cruz, espectacular utilizó el elevador desde el foso para hacer presencia en la tarima, ataviada con una gran bata con capucha. Tras el Oppening ofreció “Carnada”, “Es necesario”, “Es cosa de él”, “Guayaba”, “Que me perdone tu señora”, “Esa loca”, “Pobre de ella” y “Lo bueno cuesta”, Muy aplaudida.
Luego Michel Miguel anunció a Claritza Molina. Juntos llamaron a la Cocoband, que tuvo problemas de sonido al inicio. Pochy, que le recordó a uno todo el tiempo la ausencia de Wilfrido Vargas, se hizo acompañar de Raffy, José y Henry, aquella misma formación histórica con la que “Rico y buenmozo” , pidiendo mano arriba y una bulla, así entregó “A mí qué me importa” y “Salsa con coco”, a la vez que recordó su aniversario propio y la heroicidad el mismo recinto donde se estaban preparando, allá por los 90 del pasado siglo. La Cocoband fue la única agrupación que gozó del privilegio de media hora en tarima.
Luego Michel Miguel, Jochy Santos y Leonardo Villalobos invitaron a Raúl de Molina, El Gordo gran invitado de Univisión y Caroline Aquino. El Gordo recordó que aquí se hizo el primer jacuzzi y que viaja acá frecuentemente con su esposa. Ellos fueron los encargados de introducir a El Potrillo, el verdadero. Figuras geométricas en las pantallas al ritmo de la batería y una melodía que introdujo a Alejandro Fernández, quien abrió con Cóncavo y convexo de Roberto Carlos, en tiempo de balada jazzeada, mientras miles de celulares lo grababan. De Joan Sebastián No estuve... y Que voy a hacer sin tu amor... ahí saludó y... para los que seguían por televisión el espectáculo hay que decir que es lo estipulado, tres canciones y chao.