Con su Gabinete casi nominado con anticipación a los decretos del 16 de agosto tras actos restringidos de la mañana a la tarde, el nuevo gobernante estaría gozando de bastante acogida del público y de los medios de comunicación a la espera de decisiones complacientes.
En el Gabinete blanco ya casi conformado, quedan sobre su mesa a quién nombrará como procurador (a) de la República y ministros (a) de Cultura. En Medio Ambiente está anticipado, Orlando Jorge Mera y como Coordinador de Políticas Sociales, Tony Peña Guaba.
Al no haber nombrado a nadie en la Procuraduría General, se diría que el presidente entrante está meditando muy bien a quién entrega esa posición, por encima de las presiones mediáticas. Lo mismo el ministerio de Cultura, apetecido por la plutocracia para su relumbrón.
Jorge Mera y Peña Guaba son los cupos reservados para la familia del ex presidente Jorge Blanco y del líder José Francisco Peña Gómez. Peña Guaba tuvo numerosos cargos en gobiernos anteriores del PRD inclusive el codiciado consulado de Nueva York, que enriquece en un año.
Para ese consulado se mencionan varias personas. Una de ellas es Eligio Jáquez, con su sólo perfil agropecuario y quien tendría la objeción del ex presidente Hipólito Mejía, antes amigos que rompieron sus relaciones. Mejía no disimula que busca influir en el gobierno.
Cualquiera que sea postulado por el presidente electo en el consulado de Nueva York, encontrará la oposición de la diáspora que ha soportado durante años que el puesto haya sido una especie de propiedad de la familia Castillo, de Ocoa. El problema para nombrar uno de la diáspora es que el Departamento de Estado no acepta ni ciudadanos ni residentes.
El importante puesto de administrador general del Banco de Reservas no ha sido nominado. Se mencionó un nombre, Samuel Pereyra, pero algunos medios y los que llevan numeritos recordaron que tuvo alguna vinculación con el odiado caso de la compra de los aviones Tucano.
Agitación mediática
Hay alguna agitación mediática en torno a quién propondrá el presidente entrante para el conflictivo portafolio de la Procuraduría General de la República. Los contestatarios, quienes fueron aliados de Abinader y enemigos del PLD, quieren a la ex jueza, Miriam Germán.
A la ex jueza Germán la adornaban todas las glorias hasta que reconoció públicamente que había compartido en un “sarao” al cual estaba invitado el ex ministro de Obras, Víctor Díaz Rúa, tesorero del PLD y sometido a la justicia en el caso de corrupción ODEBRECHT. Otros mencionan a la ex fiscal Yeny Berenice Reynoso y a los jueces en activo José Alejandro Vargas y Katia Miguelina Jiménez, todos de la carrera. La licenciada Reynoso manejó casos serios durante su gestión de fiscal y se comportó como independiente.
No se ha mencionado al doctor Emmanuel Esquea Guerrero, independiente por cuanto renunció al PRD, del cual fue presidente hace años. Encontrar en el país una persona de su categoría, preparación como abogado, honradez demostrada y distinción es difícil. Se le enrostraría su temperante intransigente con lo mal hecho, lo que posiblemente cortó su carrera en el PRD como uno de los herederos del doctor Peña Gómez, si se entiende la naturaleza de ese partido matriz como lugar de garatas, negociados y malque.
Para Cultura se menciona al doctor Andrés L. Mateo, un poeta y escritor laureado. Ha sido una palma de fuego contra la corrupción durante los regímenes del PLD sin transigir ni temblar. Mateo se dedica a su cátedra universitaria y a programas de radio y TV. También se menciona a la señora Carmen de Guerrero.
Se dice que el doctor Mateo aceptaría alguna embajada en el exterior con principalía en la de Cuba, país donde obtuvo su licenciatura en Literatura Latinoamericana y doctorado en Ciencias Filosóficas. Fue viceministro de Cultura en 2000-2004, un puesto menor para su rango intelectual.
La pandemia daña todo La pandemia del COVID-19 que en lugar de dar alguna tregua sigue en boga le dañado el punto al presidente entrante Abinader. En lugar de celebraciones alegres por su juramentación, los actos han sido recortados y quizás lo serán más de aquí al 16 de agosto.
Su juramentación se hará ante la Asamblea Nacional como manda la Constitución, en una actividad que ya se anticipa casi en “petit comité”, por la pandemia, la falta de asientos y para evadir invitaciones al régimen saliente y a los políticos que quisieran acaparar la prensa. Ya se informó que el desfile militar en la avenida George Washington no se celebrará por lo que los nuevos jefes militares recibirán sus mandos en el Palacio Nacional junto con los del Gabinete y funcionarios de ese nivel como el gobernador del Banco Central.
Ante la recomendación mundial del uso de la mascarilla y el distanciamiento físico, podría suspenderse la tradicional recepción a los invitados. No se sabe si vendrán jefes de estado del exterior en virtud del agravamiento de la situación por la pandemia.
Abinader tendrá que encarar con su equipo médico el extremo de la pandemia. Algunos de ellos atacaron desde el comienzo la estrategia que lleva a cabo el ministerio de Salud Púb