Esto se debe porque las subvariantes BQ.1 y BQ.1.1 de Ómicron están siendo las prevalecientes en todo el mundo y van creciendo a un ritmo rápido, siendo ya considerada como subvariantes de Covid de interés.
Las mutaciones que definen estos linajes se han relacionado con el grado de evasión a la respuesta inmune y por el momento no existen indicios de que ninguno de estos se relacione con una mayor gravedad de los casos.
En cuanto a la epidemiología del virus, los expertos en salud también indica que podría ser complicada su detección, ya que estamos entrando en la época del año en donde hay una mayor circulación de virus e infecciones respiratorias.
El investigador de la Universidad de Basilea Cornelius Roemer ya advirtió a principios de este mes en Twitter de que B.Q.1.1 “impulsará una ola de variantes en Europa y América del Norte antes de finales de noviembre”, ante la probabilidad “bastante alta” de que sea hasta un 10% más contagiosa.
Ante este panorama, en redes sociales hay quienes ya han bautizado a la variante como “perro del infierno”, en alusión al perro del dios Hades, de la mitología griega, el cual se encargaba de resguardar las puertas del inframundo.