Se ha visto una misteriosa relación entre los eventoscardiovasculares, la obesidad abdominal o síndrome metabólico y la grasahepática o esteatosis.
El hígado es uno de los órganos que primero entra afuncionar, desde la etapa fetal, para mantener el equilibrio fisiológico. Desdeniños, ya sea por costumbres arraigadas en la sociedad o malos hábitosadquiridos en edades posteriores, comenzamos a entorpecer su eficacia. Y luegoseguimos provocándole agresiones y hacemos que las células se sustituyan en untejido graso amorfo, sin capacidad funcional. A esto se le llama esteatosishepática o grasa en el hígado.
De cierta manera, la mayoría tenemos por normalidad pequeñasproporciones de grasa hepática. El problema es cuando la infiltración ocupa unagran porción y el hígado comienza a declinar en sus funciones.
¿Cómo puedo saber la salud de mi hígado?
Lo primero es comprobar la relación musculo-grasa corporal.Si tenemos más del 25% de grasa, es un signo de alerta. Medir el diámetroabdominal por el ombligo, para tener la medida y vigilarla. El análisis desangre para cuantificar los triglicéridos circulantes, el colesterol bueno y elmalo y las enzimas hepáticas.
Además de hemograma completo (glóbulos rojos, blancos,hemoglobina y fórmula de leucocitos) para la prevención y detección de anemia einfecciones; tiempo de protrombina, para comprobar la coagulación de la sangre;proteínas totales para medir la cantidad de albúmina (ayuda a impedir que seescape líquido fuera de los vasos sanguíneos) y globulina (parte importante delsistema inmunitario).
También analizar el GOT, el GPT y el GGT para medir elfuncionamiento del hígado. Así como verificar el ácido úrico, para laprevención de los ataques de gota; las fosfatasas alcalinas y la bilirrubina.
Si tenemos barriga, ya es señal de obesidad abdominal osíndrome metabólico, lo cual es un signo silente de esteatosis hepática.
¿Cómo mejorar el hígado?
Hidratación óptima (beber al menos 2-3 litros de agua aldía). Y si practicamos ejercicios o trabajos donde se sude mucho, hasta 4 o 5litros. Dormir bien: respetar las 6-8 horas de sueño reparador, para dejar queel hígado se auto-regenere y se desintoxique.
La comida debe ser tu medicina. Es decir, frutas que noestén tan maduras, vegetales y hortalizas frescas, y aceites, en vez demantecas o grasas saturadas. Las bebidas gaseosas, saturadas de azúcar,aumentan las grasas en el hígado, además de intoxicar al organismo. Las bebidasalcohólicas son dañinas. Tampoco digo que una copa de vino en la comida estéprohibida.
Aminoácidos ramificados, antioxidantes, vitamina C,flavonoides, carotenos y minerales proporcionarán la materia prima parareconstruir el organismo y regenerar lo dañado.
El aloe vera promueve la salud hepática, al igual que elperejil, el cilantro, el cardo mariano y la silimarina. Las ensaladas de algas,la espirulina y la jalea real son elementos pro-hepáticos, pero debenconsumirse con moderación.
Realizar ejercicio físico tres veces a la semana y combinarla fuerza con los aeróbicos. Eliminar o disminuir el estrés laboral y familiar.Abandonar la comida comercial y realizar el ayuno intermitente, al menos uno odos días aislados en la semana.
El hígado es la víscera con más potencia de regeneración.Basta solo con cuidarlo, y él hace el resto.